El líder de la red terrorista Al Qaida, Osama bin Laden, advirtió al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que será incapaz de detener las guerras en Irak y Afganistán y que debe repensar su política sobre el Medio Oriente, en su primer mensaje difundido en tres meses.
El mensaje, en el que acusó a los «neoconservadores» de mantener el control de la Casa Blanca, fue difundido hoy en la madrugada, poco después del octavo aniversario de los atentados del 11 de septiembre, precisamente reivindicados por la red que dirige Bin Laden.
Según el grupo de monitoreo IntelCenter, con sede en Estados Unidos, la organización mediática As-Sahab, filial de Al Qaida, dio a conocer un video titulado «Mensaje al pueblo estadounidense», en el que se exhibe una imagen fija de Bin Laden acompañada de una declaración de audio.
Según IntelCenter, la voz que identificó como de Bin Laden, dijo que «entre otras injusticias», el respaldo de Estados Unidos a Israel motivó el lanzamiento de esos ataques terroristas, que dejaron cerca de 3 mil muertos. La grabación agregó que las guerras en Irak y Afganistán eran impulsadas por grupos «pro-israelíes» de la Casa Blanca y los intereses corporativos, y no por los militantes islámicos.
«Si ustedes piensan bien acerca de vuestra situación, sabrán que la Casa Blanca está ocupada por grupos de presión», afirmó. Y agregó que «en vez de luchar para liberar Irak», como alegó el ex presidente George W. Bush al lanzar la invasión a Irak en 2003, «la que debió ser liberada es la Casa Blanca».
Bin Laden cuestionó al presidente de Estados Unidos por haber mantenido al frente del Departamento de Defensa a Robert Gates, quien había sido nombrado por Bush, y al frente del Comando Central -que conduce las guerras en Irak y Afganistán- al general David Petraeus.
«Obama es un hombre sin poder que no será capaz de terminar la guerra como lo ha prometido y, en cambio, la continuará al mayor punto posible», continuó.
«La cruda realidad es que los neo-conservadores siguen echando sombras sobre todos ustedes», insistió. Si no se frenan las guerras, «lo que haremos será continuar la guerra de desgaste contra ustedes en todos lo ejes posibles, igual que agotamos a la Unión Soviética durante diez años hasta que colapsó con la gracia de Alá Todopoderoso y se convirtió en una memoria del pasado».
Según la grabación, Estados Unidos debería reconsiderar su «alianza con los israelíes».
«Â¿Es vuestra seguridad, vuestra sangre, vuestros niños, vuestro dinero, vuestros trabajos, hogares, vuestra economía y reputación más importante para ustedes que la seguridad de los israelíes, sus niños y su economía?», pregunta Bin Laden a los estadounidenses.
La difusión del video tuvo lugar dos días después de que Estados Unidos conmemorara otro aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001, orquestados por Al Qaida, que causaron la muerte de unas 3 mil personas.
IntelCenter recordó que Bin Laden acostumbra difundir este tipo de declaraciones cada año alrededor de septiembre u octubre.
El último mensaje grabado atribuido al líder de Al Qaida fue difundido el 3 de junio. En aquella grabación, despreciaba la apertura de Obama hacia el mundo islámico y advertía sobre décadas de conflicto.
Aquel mensaje fue difundido por la cadena árabe Al Jazira, pocos minutos después de que Obama aterrizara en Arabia Saudita, al comenzar una gira por el Medio Oriente.
Una recompensa de 50 millones de dólares pesa sobre la cabeza de Bin Laden, quien está prófugo desde hace 8 años.
Estados Unidos cree que se encuentra oculto en las zonas montañosas tribales en la frontera entre Pakistán y Afganistán.
Tres islamistas británicos fueron condenados hoy en Londres a cadena perpetua por un plan para hacer estallar varios aviones sobre el Atlántico con bombas líquidas en 2006, que el juez londinense asimiló a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
El cerebro del grupo, Abdulá Ahmed Alí, de 28 años, deberá cumplir por lo menos 40 años de su pena a cadena perpetua, según el veredicto emitido por el juez Richard Henriques en la corte de Woolwich, en el suroeste de Londres.
Sus dos co-acusados, Assad Sarwar, de 29, y Tanvir Hussain, de 28, británicos y musulmanes radicales como él, también recibieron sendas cadenas perpetuas, con mínimos requeridos de 36 y 32 años de cárcel, respectivamente.
Al anunciar su decisión, el juez explicó que se trataba de «la conspiración más grave e infame» que se había podido demostrar en su jurisdicción.
«La intención era perpetrar una atrocidad terrorista que permanecería en la historia al lado de los atentados del 11 de septiembre de 2001», agregó.
La fiscalía argumentó durante el juicio que Alí buscaba dar a los no musulmanes «una lección que no olvidaran jamás».
Los tres hombres fueron hallados culpables la semana pasada de haber conspirado para asesinar a miles de personas con este proyecto de atentar contra por lo menos siete aviones que partían del aeropuerto londinense de Heathrow hacia diferentes destinos en Estados Unidos y Canadá, y debían encontrarse todos al mismo tiempo por encima del Atlántico.
Según la fiscalía, los hombres implicados en el complot iban a utilizar explosivos líquidos que pretendían embarcar en el avión haciéndolos pasar por bebidas energéticas para luego mezclarlos y desencadenarlos una vez a bordo.
La detención del grupo en 2006 y la divulgación de lo que planeaban para poco tiempo después llevó a que en todos los aeropuertos del mundo se limitara la cantidad de líquidos que los pasajeros pueden llevar en el equipaje de mano a partir de finales de este año.
Ocho hombres se sentaban en el banquillo de los acusados en este segundo juicio sobre el caso, después de que en el primero, celebrado en 2008, el jurado no lograra un veredicto sobre algunos de los acusados.
Junto a los tres acusados principales, el juez condenó hoy a Umar Islam, de 31 años, a cadena perpetua con un mínimo requerido de 22 años por un cargo menor.
La fiscalía anunció por su parte durante el fin de semana su intención de buscar un tercer juicio contra los otros tres acusados sobre los que el jurado no logró alcanzar un veredicto en esta segunda ocasión.
El complot para atentar contra los aviones fue ideado en Pakistán por hombres ligados a Al Qaida, según una fuente antiterrorista británica, y luego transmitido a Abdulá Ahmed Alí, que se encargó de formar una célula terrorista, obtener el material necesario e identificar los objetivos.
Pero la policía británica, que tenía a Alí y a sus cómplices bajo vigilancia, pudo desbaratar el plan tras la mayor operación antiterrorista de su historia, que tuvo un costo estimado en 35 millones de libras (57 millones de euros y 40 millones de dólares.