«Relator constata racismo en el país», fue el titular de diario elPeriódico del sábado 3 de julio de 2004; en ese año vino el senegalés Doudou Diéne, relator especial de las Naciones Unidas contra el racismo, la discriminación y la intolerancia. En su visita confirmó segregación y racismo en Guatemala. Sin embargo, en la actualidad, el gobierno ha nombrado al abogado Mario Ellington Lambe como viceministro de Cultura y Deportes, puesto que ocupa por primera vez un garífuna. Con este nombramiento Guatemala avanza un paso, el gobierno da el ejemplo ante la ciudadanía al fomentar la interculturalidad, la convivencia y el entendimiento entre los diferentes pueblos y culturas. Aunque el tiempo pasa rápido, el viceministro Ellington Lambe tiene ocho meses para trabajar y dejar un mensaje claro de solidaridad y tolerancia ante el pueblo de Guatemala. Se graduó de abogado y notario en la Universidad de San Carlos, ocupó el puesto de Comisionado Presidencial Contra la Discriminación, anteriormente ya había trabajado en otras importantes organizaciones a nivel nacional y centroamericano. Todos los seres humanos tenemos los mismos derechos, la diversidad de culturas y nacionalidades no debe ser motivo para menospreciar a mujeres y hombres por su idioma, por vestir un traje regional o por el color de su piel, por ejemplo. El respeto, la actitud e inteligencia de cada persona son la clave para que realmente exista una dinámica de convivencia, armonía y comprensión entre un grupo determinado de ciudadanos. En la historia del mundo, grandes personajes «de color» han dejado un legado muy importante en las diferentes ramas de la ciencia, la música, la literatura. Por ejemplo, el escritor norteamericano Edward Estlin Cummins, con más de cuarenta volúmenes de literatura, se recuerda por su obra The Enormous Room, en la que relata su vida cuando trabajaba como conductor de ambulancias durante la Primera Guerra Mundial; el trompetista y cantante de Nueva Orleáns, Louis Armstrong, quien con su voz desgarrada y su estilo único para ejecutar la trompeta, aportó cambios esenciales a la música y se volvió uno de los más famosos músicos de jazz; el reconocido pianista canadiense Oscar Peterson, miembro de honor del Consejo Internacional de la Música, CIM; Leopold Sédar Senghor, político y escritor, presidente de Senegal de 1960 a 1980, quien publicó ensayos y poemas; entre sus obras más conocidas están Etiópicas (1956) y Nocturnos (1961); Nelson Mandela, Premio Nobel de la Paz en 1993 y electo presidente de la República de Sudáfrica en 1994; el poeta colombiano Juan Zapata Olivella, con su palabra intensa y liberada, como lo demuestra en su poema El Salmo De Las Corolas: «La yerba crece casi desolada, / el sol madura en un largo silencio, / toda arena es menuda frente al mar/ y la corola sigue siendo maniatada. / No es la humedad la que preludia el llanto, / toda rama roja no es también verano, / no habrá salutación sin la corola/ ni amor en el cuenco de tu mano». La lista de gobernantes, de personajes, de figuras, es extensa; las personalidades anteriores son solamente una pequeña muestra. No debemos permitir que en pleno siglo XXI renazcan grupos que destruyan los grandes logros y la convivencia entre los seres humanos. Martin Luther King el 28 de agosto de 1963, en la ciudad de Washington, D.C. frente al Monumento a Lincoln, durante la marcha por el trabajo y la libertad, pronunció su célebre discurso «Yo Tengo Un Sueño» en el que dijo: «Sueño que un día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano. Esta es nuestra esperanza.» ¡Sea así!