Justin Bieber se disculpó ayer por visitar esta semana el santuario de guerra japonés Yasukuni, diciendo que le hicieron creer que se trataba sólo de un sitio de oración.
El santuario shinto en Tokio honra a 2.5 millones de caídos, incluidos 14 condenados por crímenes de guerra. Es una zona álgida entre Japón y sus vecinos que ven el santuario como distinto a otros establecimientos shinto que honran principalmente a dioses de la naturaleza. China y Corea del Sur en particular ven el Yasukuni como un símbolo del pasado militarismo de Japón y consideran las visitas al lugar como una falta de comprensión o remordimiento por la historia en tiempos de guerra.
Dos fotos publicadas el martes por la noche en la cuenta de Instagram de Bieber indignaron a funcionarios chinos y a muchos comentaristas en las redes sociales. El vocero del Ministerio del Exterior chino Qin Gang indicó que el astro pop debe recordar la posición de China sobre el Yasukuni.
«Espero que este cantante canadiense, después de su visita, pueda tener algún conocimiento de la historia militarista japonesa de agresión externa y de su pensamiento militarista», expresó.
Yasukuni confirmó la visita de Bieber esta semana en lo que parece ser un viaje personal a Japón. Un oficial de Yasukuni, que habló a condición de anonimato citando la privacidad de un visitante específico, expresó que éste paseó por el santuario como cualquier otro turista y que la mayoría de la gente no pareció haberse percatado.
Las dos fotos, que luego fueron retiradas, mostraban a Bieber rezando al aire libre en el santuario y parado junto a un sacerdote shinto. El oficial de Yasukuni indicó que Bieber no oró en el área principal de rezos del santuario.
En un nuevo mensaje en Instagram, Bieber dijo ayer que le había pedido a su chofer que se detuviera cuando vio «el hermoso santuario», ubicado en el distrito central de la capital, cerca de la sala Budokan donde dio un concierto en 2011. También queda cerca del Palacio Imperial y otros sitios que los turistas suelen visitar para ver las flores de cerezos, aunque estos ya terminaron de florecer.
«Me hicieron creer que los santuarios eran sólo sitios de oración. A cualquiera que haya ofendido, lo lamento profundamente», escribió el cantante de 20 años.