Biden llegó a Costa Rica ayer para establecer el primer contacto del gobierno demócrata de Barack Obama con América Central, luego de visitar Chile, donde declaró que Estados Unidos ahora escucha a los demás países y quiere aliarse con sus vecinos latinoamericanos.
«La época en que Estados Unidos dictaba unilateralmente, cuando hablábamos y no escuchábamos, se acabó», expresó Biden en Chile.
«El presidente Obama y yo estamos totalmente dedicados a trabajar estrechamente con nuestros vecinos del hemisferio. Mi visita es sólo el comienzo de la renovación de nuestra alianza con las Américas», agregó.
«Deseamos conversar, deseamos una alianza», insistió Biden, quien ganó gran experiencia en asuntos internacionales durante los 36 años que sirvió en el Senado.
La cita de San José está formalmente destinada a consultas sobre la próxima Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, a la que acudirá Obama a mediados de abril, pero la crisis económica será un plato fuerte de la reunión.
Los países centroamericanos, muy dependientes del comercio con Estados Unidos, han sufrido un duro golpe con la crisis, al caer sus exportaciones y las remesas familiares, y aumentar el desempleo.
Biden anticipó también que hablará sobre seguridad y la lucha contra el narcotráfico, pero también sobre protección del medio ambiente, tema ausente en la agenda del ex presidente republicano George W. Bush.
Los mandatarios del istmo adelantaron que le plantearán también temas sobre desarrollo y pobreza, así como de migración, pues lamentan que millares de centroamericanos sean deportados cada mes desde Estados Unidos, dado que eso agudiza los problemas sociales en esta región de 40 millones de habitantes.
Los centroamericanos quieren que Obama emprenda una reforma migratoria integral o al menos prorrogue las normas temporales que favorecen a más de 300 mil migrantes del istmo en Estados Unidos.
Al cónclave organizado por el mandatario costarricense, Oscar Arias, acudirán los siete países del istmo, incluido Belice, pero los presidentes de Nicaragua y Honduras no asistirán, aunque enviarán delegados.
Esta cita marcará también el estreno en la arena internacional del presidente electo salvadoreño, el izquierdista Mauricio Funes, quien anhela tener una buena relación con Washington y no de enfrentamiento como el mandatario venezolano Hugo Chávez.
Biden, quien llegó acompañado de su esposa Jill, sostendrá hoy por la mañana un encuentro con Arias en la Casa Presidencial y luego ambos participarán en el cónclave con los demás líderes.
Después los asistentes se tomarán una foto oficial en un jardín, hablarán con la prensa y tendrán un almuerzo privado, después del cual Biden y los otros mandatarios partirán hacia el aeropuerto para volver a sus países.
Aunque varios presidentes han destacado la importancia de este cónclave, el istmo no recibe como un bloque unido a Biden, pues su propia visita alimentó recelos, porque algunos gobernantes creen que Arias trata de erigirse en el portavoz de Centroamérica y adjudicarse un papel protagónico como el que le llevó a ganar el premio Nobel de la Paz en 1987.
A la cita no acudirán los presidente Daniel Ortega, de Nicaragua, ni Manuel Zelaya, de Honduras, quienes integran la Alternativa Bolivariana para las Américas, creada por el presidente Chávez en oposición al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, que promovía Washington.
Además de Biden, Arias y Funes, en el cónclave participarán los presidentes Antonio Saca (El Salvador), ílvaro Colom (Guatemala) y Martín Torrijos (Panamá), y el primer ministro Dean Barrow (Belice).
Por Nicaragua acudirá el vicecanciller Manuel Coronel y por Honduras el vicepresidente Arístides Mejía.
El presidente electo salvadoreño, Mauricio Funes, debutará hoy en la arena internacional en un cónclave de América Central con el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, que ayudará a delinear los futuros lazos entre dos países aliados en la «guerra contra el terrorismo».
Primer izquierdista elegido presidente de El Salvador hace dos semanas, Funes participará junto al mandatario saliente salvadoreño Antonio Saca en la cita con Biden, a la que asistirán todos los países del istmo, incluido Belice.
Funes ha prometido que no tendrá una actitud complaciente con Washington cuando suceda el 1º de junio a Saca, un aliado del ex mandatario estadounidense George W. Bush en la «guerra contra el terrorismo» y quien mantuvo tropas en apoyo a la intervención norteamericana en Irak hasta comienzos de este año.
El futuro gobernante salvadoreño ha declarado que quiere mantener «una relación de respeto mutuo» con Washington, desprovista de «servilismo», pero no con disputas, como el mandatario venezolano Hugo Chávez.
Funes, quien antes de incursionar en política era un periodista de televisión, fue elegido como candidato del partido de la ex guerrilla izquierdista, que tenía un crítico discurso contra el «imperialismo yanqui».
Sin embargo, el presidente estadounidense, Barack Obama, felicitó a Funes por su «histórico» triunfo y tres días después de los comicios envió a San Salvador al responsable de la diplomacia hacia América Latina, Thomas Shannon, quien mantuvo un encuentro privado con el mandatario electo.
Bush siempre elogió a Saca y al presidente colombiano Alvaro Uribe, como una manera de responder a las críticas de otros gobernantes latinoamericanos de izquierda y centro-izquierda, por la guerra en Irak o por el campo de detención de Guantánamo, Cuba.
Pero Obama y Biden dicen que ahora Washington desea escuchar a los demás países y que busca renovar una alianza con sus vecinos latinoamericanos.
«La época en que Estados Unidos dictaba unilateralmente, cuando hablábamos y no escuchábamos, se acabó», expresó Biden en Chile en la víspera de viajar a Costa Rica al cónclave con los líderes centroamericanos.
«El presidente Obama y yo estamos totalmente dedicados a trabajar estrechamente con nuestros vecinos del hemisferio. Mi visita es sólo el comienzo de la renovación de nuestra alianza con las Américas», agregó.
Funes afrontará grandes desafíos cuando asuma el poder, pues todos los países centroamericanos, muy dependientes del comercio con Estados Unidos, han sufrido un duro golpe con la crisis, al caer sus exportaciones y aumentar el desempleo.
Luego del cónclave con Biden, Funes sostendrá hoy un encuentro bilateral con el presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
Funes, quien está casado con una brasileña, también visitó Brasil luego de las elecciones y tuvo un encuentro privado con el mandatario Luis Inacio Lula Da Silva, de quien es amigo.