Al menos 250.000 simpatizantes de Benazir Bhutto se congregaron este jueves en Karachi (sur) para recibir a la ex primera ministra paquistaní, que regresó después de ocho años en medio de estrictas medidas de seguridad tras rumores de un posible atentado islamista.
La ex primera ministra paquistaní bajó del avión y tocó el suelo de su país, terminando así su exilio.
Proveniente de Dubai, donde reside, Bhutto, visiblemente conmovida, bajó la escalerilla lentamente. Esperó un momento antes de hacer el último paso y luego bajó y tocó tierra en el aeropuerto de Karachi, una urbe de 12 millones de habitantes donde la esperaban 250.000 simpatizantes.
Vestida con una túnica tradicional verde, un pantalón y un velo blanco, que recuerdan los colores de la bandera paquistaní, Bhutto lloró cuando se detuvo un momento antes de posar simbólicamente los pies en su país.
Bhutto, de 54 años de edad, viajó en un avión de la compañía Emirates, proveniente de Dubai, donde reside. Sus simpatizantes a bordo del avión gritaban «larga vida a Bhutto».
«Ahora tengo más edad y aprendí mucho en estos últimos veinte años, pero combatimos todavía contra una dictadura. Queremos aislar a los extremistas y construir un Pakistán mejor», dijo Bhutto.
Bhutto emprendió luego un desfile por las calles de Karachi para saludar a cientos de miles de seguidores, constataron periodistas de la AFP.
A bordo de un camión especialmente equipado con pantallas a prueba de balas, Bhutto saludaba mientras el vehículo avanzaba lentamente a través de una multitud de más de 250.000 personas.
Las autoridades paquistaníes desplegaron fuertes medidas de seguridad en todo el recorrido entre el aeropuerto y el mausoleo del fundador de Pakistán, debido a informaciones policiales sobre amenazas de Al Qaida y de los talibanes para asesinar a Bhutto.
Bhutto fue dos veces jefa de gobierno (1988-90 y 1993-96), y en 1999 abandonó Pakistán ante la amenaza de una investigación judicial por corrupción.
Ahora ha prometido devolver la democracia a su país, dirigido por el general Pervez Musharraf desde el incruento golpe de Estado de octubre de 1999.
La ex primera ministra quiere además liderar su formación, el Partido del Pueblo Paquistaní (PPP, progresista) en las legislativas previstas a mitad de enero de 2008.
Sus partidarios vienen «de todos los rincones de Pakistán, a pie, en autobús, en tren, en automóvil o en bicicleta», dijo Qaim Ali Shah, responsable local del PPP.
Decenas de miles de admiradores rinden un auténtico culto a la primera mujer que accedió a la jefatura de gobierno en un país musulmán.
«Benazir Bhutto ha sido dos veces primera ministra y se le acordará una seguridad proporcional a las amenazas», prometió el ministro adjunto de Información, Tariq Azim.
La ciudad de Karachi está vigilada por más de 20.000 policías. Bhutto, que efectuará un desfile cuya duración se prevé de 18 horas entre el aeropuerto y el mausoleo del fundador de Pakistán, Muhammad Ali Jinnah, estará protegida por escudos blindados. Unos 2.500 paramilitares han tomado además el control del aeropuerto, donde todos los vuelos han sido anulados.
Allí, decenas de miles de personas ondean banderas desde el amanecer, bailan y cantan «Bienvenida, Benazir», comprobaron los fotógrafos de la AFP.
El regreso del exilio es, no obstante, un salto hacia lo desconocido para Benazir Bhutto, que negoció con el presidente Musharraf para repartirse el poder tras las próximas legislativas.
Con la reputación de ser «la niña mimada» de los estadounidenses, Bhutto, de 54 años, ha visto cómo su popularidad caía a raíz de sus negociaciones con Musharraf y las sospechas de malversación de fondos públicos que pesan sobre ella y su entorno.
El régimen de Musharraf animó a Benazir Bhutto, en vano, a aplazar su regreso, debido a que el reciente decreto que la amnistía de los cargos de corrupción podría ser anulado por la Corte Suprema, lo que posibilitaría su arresto.
Por otro lado, todo acuerdo de reparto de poder depende del futuro político del propio Musharraf. El jefe de Estado ganó la elección presidencial el 6 de octubre, pero la proclamación oficial de su victoria depende de la Corte Suprema, que juzgará en los próximos días su eligibilidad y la validez del escrutinio.
La ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto emprendió un desfile por las calles de Karachi el jueves para saludar a cientos de miles de seguidores tras su regreso a Pakistán después de ocho años de exilio, constataron periodistas de la AFP.
A bordo de un camión especialmente equipado con pantallas a prueba de balas, Bhutto saludaba mientras el vehículo avanzaba lentamente a través de una multitud de más de 250.000 personas.
Las autoridades paquistaníes deplegaron fuertes medidas de seguridad en todo el recorrido entre el aeropuerto y el mausoleo del fundador de Pakistán, debido a informaciones policiales sobre amenazas de Al Qaida y de los talibanes para asesinar a Bhutto.