Si la ex primera ministra Benazir Bhutto logra unir a una oposición paquistaní profundamente dividida, puede poner seriamente en peligro los intentos del presidente Pervez Musharraf por aferrarse al poder.
«Por primera vez, veo una posibilidad para la oposición de reunirse en torno a una posición común», explicó el politólogo Shafqat Mahmood.
Los opositores podrían ponerse de acuerdo sobre «uno o tal vez dos puntos», es decir, boicotear las legislativas previstas antes del 9 de enero si el general Musharraf no levanta el estado de excepción e intentar que dimita.
Bhutto, en arresto domiciliario desde el martes, comenzó a contactar a los otros líderes de la oposición, después de haber negociado durante meses un reparto del poder con el jefe de Estado. A principios de esta semana afirmó haber roto definitivamente toda negociación con Musharraf.
Bhutto habló así con los dirigenes del partido de su viejo rival en el exilio, el ex primer ministro Naqaz Sharif, con la ex estrella del cricket convertido en líder de un pequeño movimiento político Imran Khan, e incluso con los partidos fundamentalistas, a los que siempre dijo aborrecer.
«Quieron consultarlos a todos, incluido Nawaz Sharif», afirmó.
Los ex rivales en los años 90 -Bhutto fue primera ministra de 1988 a 1990 y de 1993 a 1996, y Sharif de 1990 a 1993 y de 1996 a 1999- parecen no tener mucho aprecio el uno por el otro.
Así, Sharif no se privó recientemente de denunciar lo que consideraba un juego a dos bandas por parte de Bhutto.
Sin embargo, recibió «favorablemente» la propuesta de la ex primera ministra de elaborar una estrategia común para boicotear las elecciones legislativas si deben celebrarse bajo el estado de excepción.
Por otra parte, una alianza electoral entre el Partido del Pueblo Paquistaní (PPP) de Bhutto y los partidos confesionales musulmanes -entre ellos los fundamentalistas afines a los talibanes- es poco probable, ya que la ex primera ministra siempre defendió la «erradicación del islamismo radical».
Sin embargo, «intentamos encontrar un punto de convergencia para establecer una estrategia común, el restablecimiento de la Constitución, del sistema judicial, de la libertad de la prensa y la organización de elecciones libres y justas», aseguró un consejero de Bhutto, Safdar Abasi.
«Bhutto, que en un tiempo fue acusada de mansedumbre frente al régimen, ha tomado la delantera a los otros opositores, alzándose contra la autoritarismo», analiza Imtiaz Alam en el diario The News.
Si todos los rivales de la turbulenta escena política paquistaní «logran crear un frente unido, serán eficaces», juzga Hasan Askari, politólogo jubilado en Lahore.
Pero «sola, Bhutto no lo logrará», agrega.
La ex primera ministra paquistaní y líder de la oposición Benazir Bhutto fustigó la «dictadura» de Pervez Musharraf en Pakistán, en una columna de opinión publicada este miércoles en el diario más influyente de la capital estadounidense, The Washington Post.
Bhutto, quien está bajo arresto domiciliario desde el martes en la ciudad de Lahore, comparó las elecciones parlamentarias previstas para enero en Pakistán con las elecciones de la ex Unión Soviética.
«Estamos siendo testigos de una farsa», escribió Bhutto en el Post. «Aunque haya sido anunciado un calendario electoral, el problema está en lo que no ha sido anunciado. No hay indicación alguna de si Musharraf mantendrá su compromiso previo de retirarse como jefe del ejército este jueves».
La ex primera ministra argumentó que Musharraf «sabe como atacar las fuerzas democráticas» pero «no quiere o no puede encontrar y arrestar a Osama bin Laden o contener a los extremistas. Esa es la realidad de Pakistán en noviembre de 2007».
«El único terror que el régimen de Musharraf parece estar dispuesto a enfrentar es el terror de su propia ilegitimidad», escribió, destacando que esta es la segunda vez que Musharraf impone la ley marcial y destituye jueces desde que tomó el poder a través de un golpe de Estado en 1999.
El Partido del Pueblo Pakistaní (PPP) de Bhutto «no puede reunirse, no puede manifestarse, y cuando tratamos de llevar al pueblo a las calles, es gaseado, golpeado y atacado con balas de goma. Esta no es simplemente una dictadura militar clásica, es un estado policial clásico».
Los ciudadanos soviéticos «sabían que las ’elecciones’ para el Politburó eran fraudulentas. El pueblo de Pakistán sabe que las elecciones bajo la ley marcial son una parodia similar», agregó en la columna.
Bhutto reiteró su llamado para que Musharraf renuncie a la Presidencia y como jefe del Ejército, y lo urgió a «abrir camino para un gobierno interino de consenso nacional que supervise la transferencia del poder a representantes del pueblo debidamente elegidos».