Un viento glacial sopló la semana pasada sobre las olas del Atlántico de la playa de Boudaines del suroeste de Francia, pero nada disuadió a las surfistas top del mundo para lanzarse al mar, y menos aún a la sorprendente Bethany Hamilton, a quien un tiburón dejó manca.
Esta hawaiana de 20 años perdió un brazo en 2003 cuando un tiburón la atacó y desde entonces batalló para regresar a los primeros lugares del surf femenino, compitiendo esta semana en el Swatch Pro Girl, etapa de 6 estrellas del World Qualifying Series (WQS) que permite ingresar al campeonato mundial de la Asociación Profesional de Surf (ASP).
A pesar del trauma psicológico y físico por el casi fatal ataque del tiburón, en el que perdió más del 60% de su sangre, la adolescente no quiso renunciar a su sueño de convertirse en una surfista profesional.
«Era una surfista junior en ese momento y no podía imaginar dejar de surfear», recuerda Becky Hamilton, su cuñada y agente.
Apenas un mes después del ataque, Hamilton regresó al mar con su tabla, desafiando a las rompientes, aunque aún con serias dificultades por delante.
«Una prótesis no era posible ya que su muñón era muy corto y no la hubiese ayduado a surfear por lo que prefirió asumir plenamente su nuevo físico», cuenta Becky Hamilton.
Reeducación física y ejercicios focalizados permitieron a Hamilton ajustar su equilibrio y movimientos para compensar así su pérdida y le permitieron evitar mayores daños por utilizar un solo brazo.
Un pomo ajustado a su tabla de surf, que le permite empujarla para no perder la ola, es la única concesión a su impedimento.
Hamilton, que tiene un puñado de patrocinadores, probó que no necesita una consideración especial. En 2009 se ubicó en el 14º puesto del WQS.
«Este año quiero mejorar», afirma la joven, un poco decepcionada tras su eliminación el sábado pasado en las eliminatorias de los cuartos de final.
Para ingresar al restringido grupo de surfistas internacionales del World Tour Circuit del ASP, actualmente dominado por la australiana de 22 años Stephanie Gilmore, Hamilton deberá alcanzar los diez primeros puestos.
«Ella es increíble», dice, sobre su competidora, Gilmore, triple campeona del mundo y que obtuvo el título de esta quinta etapa del WQS.
La determinación de Hamilton a la luz de sus increíbles posibilidades hace de la joven un modelo en un deporte que cada vez tiene mayor popularidad entre las adolescentes, pero esta carga no la lleva con ligereza.
«Está siempre presente en mi cabeza», admite, incómoda con esta responsabilidad dada su joven edad cuando lo único que realmente quiere hacer, reconoce, es surfear lo mejor posible.
«Las jóvenes nos miran», explica Gilmore. «Se dicen: «puedo ser una chica fuerte, una mujer fuerte» y seguir siendo femenina», destaca.
Tal es el interés que despierta en las jóvenes el surf femenino, que Rip Curl, firma especializada en indumentaria y accesorios para el surf, creó un departamento de marketing exclusivamente para sus productos destinados a la clientela femenina. Lo que ya representa, según Julie Pollet, representante de prensa en Europa de la empresa, un 30% de las ventas.
Pero la trayectoria de la joven Hamilton no sólo interesa a Rip Curl. Los estudios de Hollywood tomaron nota de su increíble historia. Una película dirigida por Sean McNamara, en la que la veinteañera hará breves apariciones, debe salir en salas en Estados Unidos a fin de año. Su estatura, muy superior a la de la actriz que interpreta su rol, Anna Sophia Robb, no le permitió participar en todos los doblajes.
La película, basada en el libro de la joven «Soul surfer», escrito pocos meses después del accidente, tendrá como protagonistas, además de Robb, a Denis Quaid y Helen Hunt, interpretando a los padres de Hamilton.