La divulgación hoy de otras cuatro supuestas grabaciones de sus conversaciones íntimas con la atractiva mujer, en las que se descubre que no emplea el preservativo y propone practicar sexo en grupo, se suma a las fotos divulgadas hace varios meses sobre sus festines con lindas jóvenes y prostitutas de lujo en su mansión veraniega de Cerdeña.
La apasionada vida del millonario y derechista jefe de gobierno italiano, que hasta la semana pasada resultaba una picante telenovela de enredos amorosos, empieza a pesar políticamente tras la publicación de sus conversaciones íntimas en una revista tradicionalmente seria como L»Espresso.
El audio de las conversaciones, divulgadas en la página web y consultables en todo el mundo, fueron tachadas de «inverosímiles» por el abogado de Berlusconi, Niccoló Ghedini, quien amenazó con acciones legales contra todo aquel que las reproduzca.
Pese a ello, ni Berlusconi ni su batallón de abogados han denunciado formalmente hasta ahora al semanario para demostrar que las grabaciones son falsas.
Además, resúmenes de las grabaciones fueron reproducidos por la mayoría de los medios de comunicación escritos italianos, incluido el diario de la familia Berlusconi, Il Giornale, sin contar buena parte de la prensa internacional.
Pero el enredo de alcoba se está tornando en un drama político. El jefe de gobierno italiano, que ha decidido mantener un perfil bajo y no se ha pronunciado sobre el caso, perdió cuatro puntos de popularidad.
Este martes recibió una verdadera ducha fría, -algo que según las grabaciones suele tomar con frecuencia para mejorar sus prestaciones-, al ser informado que por primera vez el índice de la confianza que depositan los italianos en él bajó por debajo del 50%.
Según un sondeo del instituto IPR, realizado en julio y divulgado por el diario La Repubblica, el 49% de los italianos consultados dijeron que todavía confían en Berlusconi, contra el 50% que aseguró que confía «poco» o «nada».
«Con ese sondeo se comprueba que su electorado está desconcertado», comentó el politólogo francés Marc Lazar, especializado en Italia.
La oposición de izquierda, que ha pedido al primer ministro que aclare el caso ante el Parlamento, no logró este martes que se apruebe una moción sobre su comportamiento privado.
Los parlamentarios del gobierno rechazaron la iniciativa ya que consideran que se trata de una «campaña» montada por la izquierda para desprestigiarlo.
Según medios cercanos al jefe de gobierno, Berlusconi calcula que «el escándalo se apagará» durante las vacaciones de agosto, que pasará en L»Aquila, la ciudad devastada por el terremoto de abril, en vez de en su lujosa finca en la paradisíaca isla de Cerdeña.
«Está herido pero no muerto. La verdadera prueba la pasará en octubre cuando estalle la crisis económica», comentó Lazar.