Un empresario fue arrestado el jueves por cargos de extorsionar al primer ministro Silvio Berlusconi a cambio de cooperar en una investigación sobre el reclutamiento de prostitutas a fin de que asistieran a fiestas en la residencia del gobernante, dijo la Policía.
Giampaolo Tarantini y su esposa fueron arrestados hoy en Roma, dijo la Policía de Nápoles. Berlusconi no está siendo investigado.
Tarantini ha admitido que le pagó a una prostituta que labora para personalidades de clase alta, Patrizia D’Addario, y otras mujeres con el fin de que asistieran a fiestas a las residencias de Berlusconi, pero insiste en que el premier no lo sabía.
El fiscal napolitano Francesco Greco, dijo que Tarantini obligó a Berlusconi a pagarle a su familia los costos legales y de vivienda a cambio de que Tarantini cooperara en la pesquisa por prostitución.
Específicamente, Greco dice que el pago de Berlusconi buscaba asegurar que Tarantini llegara a un acuerdo con la fiscalía en el caso en Bari en lugar de ir a juicio. Un paso tal limitaría la difusión de conversaciones telefónicas posiblemente embarazosas sobre las mujeres que acudieron a las fiestas de Berlusconi.
Greco no especificó la suma pagada, pero la revista Panorama, que publicó por primera vez la noticia de la investigación la semana pasada, dijo que Berlusconi le dio a a Tarantini 500 mil euros (722 mil dólares), y subsecuentes pagos mensuales.
Berlusconi no está bajo investigación y es considerado víctima en el caso, dijo una agente en Nápoles. Pero el primer ministro ha asegurado que nunca fue víctima de Tarantini y agregó que sólo estaba ayudando a una familia necesitada.
«Yo ayudé a alguien y a una familia con niños que estaban y siguen estando en graves dificultades financieras», dijo Berlusconi, de acuerdo con Panorama. «No hice nada ilegal, solamente ayudar a un hombre desesperado sin pedirle nada a cambio. Así soy y nada va a cambiarlo».
El propio Berlusconi es enjuiciado en Milán por presuntamente pagar a una muchacha de 17 años por actos sexuales en algunas de sus fiestas. La mujer y el premier niegan las acusaciones.