Ha llegado la hora de que los Bengals se ganen el respeto de la NFL. Si se imponen el domingo en su visita a Pittsburgh no sólo sumarán una victoria más en su foja, sino que podrán considerarse dignos competidores en una dura división y ascenderán a la elite junto con los propios Steelers y con Baltimore.
Los Bengals tienen una foja de 7-4, pero sólo una de sus victorias (contra Tenesí) llegó ante un rival que sumaba más triunfos que derrotas en su récord. Sus duelos con los Steelers y los Ravens al comienzo de la temporada terminaron con tropiezos por una diferencia estrecha.
A menos que cambie ese patrón, los Bengals no serán tomados en serio como aspirantes a algo más.
«Estamos emocionados», dijo el tackle Andrew Whitworth. «Quiero decir, la mayoría de la gente ajena a nuestro equipo se habría reído si alguien hubiera dicho que existía la posibilidad de que los últimos cinco juegos de la temporada definieran nuestro destino. Pero aquí estamos».
El calendario le depara a Cincinnati un duelo contra Houston, que debe resignarse a utilizar a su tercer quarterback. Luego, los Bengals se medirán a San Luis y Arizona, antes de cerrar la temporada frente a Baltimore. Parece una prueba mixta, con rivales que parecen fáciles y otros que lucen más fuertes.
Pero derrotar a los Steelers (8-3) es el primer paso. Pittsburgh ha ganado ocho de los últimos 10 duelos contra los Bengals.
«Creo que cada semana damos un mensaje diferente», dijo el entrenador de Cincinnati, Marvin Lewis. «Es un partido muy importante para nosotros, sin duda. Queremos tener la oportunidad de ganar la División Norte de la Conferencia Americana».
Los Steelers tuvieron dificultades el domingo pasado en Kansas City, pero Ben Roethlisberger, incluso tomando en cuenta que sufre una lesión en un pulgar, suele brillar en Cincinnati. Tiene una foja de 11-4 frente a los Bengals, con seis victorias en los últimos siete partidos, en los que acumula 14 pases de touchdown.
En Cleveland, se enfrentan los otros dos equipos del Norte de la Americana. Los Browns reciben a Baltimore, que es líder divisional.
Si los Ravens se confían ante un rival más débil, como lo han hecho en sus derrotas frente a Jacksonville y Seattle, están en riesgo. La defensiva de Baltimore lució en cambio temible en la noche de Acción de Gracias, para derrotar a San Francisco, y si brilla igual en el próximo encuentro, ello augura la ruina de los Browns.
Cleveland ha sufrido 27 capturas de su quarterback y podría pasarla mal frente a Terrell Suggs, Haloti Ngata y quizás Ray Lewis, quien se había perdido los últimos dos encuentros por una lesión en el dedo gordo del pie derecho.
«Pese a que no anduve físicamente bien en los últimos dos partidos, estuve con mis compañeros, alentándolos y hablando con ellos al oído cada vez que veía que necesitaban ayuda», dijo Lewis. «Haré todo lo que pueda por volver y ayudar a que este equipo llegue a donde queremos».
También el domingo, Green Bay defenderá su invicto en casa de los Giants de Nueva York; Indianápolis, que no conoce la victoria, recibe a Nueva Inglaterra.
Asimismo, San Luis visita a San Francisco, Detroit a Nueva Orleáns, Atlanta a Houston, Tenesí a Búfalo, Dallas a Arizona, Denver a Minnesota, Oakland a Miami, Kansas City a Chicago, los Jets de Nueva York a Washington y Carolina a Tampa Bay.
San Diego irá al estadio de Jacksonville, el lunes por la noche.
La semana 13 de la NFL comenzó el jueves, cuando los Seahawks de Seattle vencieron 31-14 a las Eagles de Filadelfia, en un duelo entre equipos prácticamente eliminados.
Lynch anota 2 veces
Marshawn Lynch acumuló 148 yardas y anotó dos veces en la primera mitad, para encaminar ayer a los Seahawks de Seattle hacia un triunfo por 31-14 sobre las Eagles de Filadelfia.
David Hawthorne castigó a Vince Young, al lograr la tercera de cuatro intercepciones que sufrió el mariscal de campo en la noche y conducir el balón hasta la zona prometida, cuando restaban 4:24 minutos del encuentro, para asegurar el triunfo de Seattle.
Lynch, el corredor de poder de Seattle, penetró sin problemas la defensiva de Filadelfia, para tener la segunda mejor actuación en su carrera. Acarreó el ovoide en 22 ocasiones y anotó en jugadas de 15 y 40 yardas.
«Todo el mérito es de la línea ofensiva. Manejamos el partido, salimos victoriosos, todos están contentos y ahora vamos a nuestro descanso», dijo Lynch durante una breve aparición en los vestuarios. «Gracias», dijo a los reporteros.
En el primer cuarto, Lynch escapó entre un grupo de jugadores, para avanzar 15 yardas y anotar. Y en la primera jugada del segundo cuarto, hizo un corte rápido y se fugó 40 yardas, para otro touchdown que puso el marcador en 14-0 en favor de los Seahawks (5-7).
Golden Tate añadió una recepción de 11 yardas, para un touchdown, tocando con las puntas de los pies el terreno antes de abandonarlo por la línea de fondo, lo que amplió a 17 la ventaja de Seattle sobre las Eagles (4-8).
Pero el tercer triunfo de los Seahawks en los últimos cuatro encuentros no quedó garantizado sino hasta que Hawthorne se paró en la trayectoria de un pase de Young hacia LeSean McCoy, para atrapar el balón y correr hasta la zona de anotación sin que nadie lo tocara, a 4:24 minutos del final.
Los Seahawks agravaron las penurias de las Eagles, que han tenido una campaña decepcionante.
En su tercera aparición de inicio en lugar de Michael Vick, quien se fracturó dos costillas, Young no logró repetir la magia del Rose Bowl del 2006, cuando guió a Texas hacia un triunfo sorpresivo sobre la Universidad del Sur de California, dirigida entonces por Pete Carroll, actual entrenador de Seattle.