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El Sumo Pontífice usará un formato de preguntas y respuestas, y se enfocará en responder cuestiones sobre la fe, en 140 caracteres, agregó.

El Papa envió su primer tuit el año pasado desde la cuenta del Vaticano para lanzar el portal de noticias de la Santa Sede. El asesor de comunicación del Vaticano, Greg Burke, dijo en conferencia de prensa que se eligió el nombre (at)Pontifex no sólo porque significa Papa en latín, sino también constructor de puentes, lo que denota unidad.

¿Qué tan seguido tuiteará el Papa?
«Tan seguido como él quiera», dijo Burke.

El Vaticano ha estado incrementando su presencia en las redes de socialización para difundir la fe, en particular entre los jóvenes.

CON CIRQUEROS
El papa Benedicto XVI saludó a miles de payasos, acróbatas, titiriteros e incluso a un par de cachorros de león el sábado, cuando un grupo de trabajadores circenses actuó frente al Pontífice.

Benedicto XVI aplaudió y se mostró divertido mientras los cirqueros giraban, se dejaban caer, hacían malabarismos y se contorsionaban frente a él, en lo que el Vaticano calificó de audiencia histórica para que los artistas callejeros o itinerantes sientan que pertenecen a la Iglesia.

El papa, de 85 años y quien ha manifestado fascinación por los gatos, puso particular atención a un par de cachorros de león que le acercaron, los acarició y habló con sus entrenadores.

Benedicto XVI reconoció los sacrificios de los trabajadores del circo para llevar diversión a jóvenes y ancianos por igual. Recordó que viajan constantemente y se privan de muchas actividades sociales. Destacó que muchos carecen de escuelas para sus hijos o de parroquias que puedan considerar su hogar. Sin embargo, les pidió mantener la fe.

«Espero que ustedes puedan encontrar en las comunidades donde se quedan gente que les dé la bienvenida, que esté abierta y sea capaz de cuidar de sus necesidades espirituales», dijo el jerarca católico. También exhortó a los gobiernos a integrar mejor a los artistas itinerantes en el tejido social.

Una gran carpa y un carrusel fueron montados en la Plaza de San Pedro para completar la escena, mientras miles de artistas de una decena de países llenaron una sala de audiencias del Vaticano para mostrar al Papa sus destrezas artísticas y acrobáticas.

ESCÁNDALO
Un especialista cibernético convicto junto con el mayordomo del Papa en un escándalo de filtraciones de la Santa Sede retiró su apelación, informó el sábado el Vaticano, lo que puso fin a un delicado y engorroso asunto para la jerarquía eclesiástica.

Claudio Sciarpelletti fue convicto el 10 de noviembre de ayudar y colaborar con Paolo Gabriele, el mayordomo papal convicto de robar documentos privados y filtrarlos a un periodista.

Los documentos expusieron denuncias de corrupción, amoríos homosexuales e intrigas políticas internas a los niveles más altos de la Iglesia católica.

Técnicamente, la investigación sobre las filtraciones permanece abierta. Empero, no hay nuevos sospechosos — y no han aparecido en seis meses —, y los dos convictos se negaron a apelar.

«Esto cierra un tramo preciso» del caso, dijo el sábado el reverendo Federico Lombardi, vocero vaticano. «Si existe una búsqueda particular, carezco de información al respecto».

Sciarpelletti, un técnico en la secretaría de estado del Vaticano, apeló su condena del 10 de noviembre, aunque después retiró la apelación, en parte al considerar la «misericordiosa» suspensión de dos meses a la que fue condenado por un tribunal vaticano, dijo Lombardi.

Sciarpelletti fue convicto de obstruir la investigación del Vaticano sobre Gabriele al cambiar su versión sobre cómo obtuvo un sobre lleno de documentos con el nombre del mayordomo.

Al explicar el sábado sus motivos para condenar a Sciarpelletti, los tres jueces del tribunal dijeron que no era creíble y le acusaron de intentar por todos los medios ocultar el sobre cuando la policía vaticana registró su oficina, además de restar importancia a su amistad con Gabriele.

Inicialmente, Sciarpelletti dijo que Gabriele le entregó el sobre. Luego dijo a la fiscalía que su superior en la oficina de información del departamento de estado del Vaticano, monseñor Carlo María Polvani, se lo pasó para que lo entregara a Gabriele. Insistió que cambió su versión porque simplemente no podía recordar quién le pasó el sobre.