El Papa Benedicto XVI celebra hoy con relativa discreción su 80º cumpleaños con un concierto de música clásica retransmitido por televisión, mientras que los empleados del Vaticano gozan de un día libre y una prima.
Los 80 años del Papa coinciden con la salida de su libro sobre «Jesús de Nazareth» en Italia –donde fueron publicados 350.000 ejemplares– en Alemania, su país natal, y en Polonia, patria de su predecesor, Juan Pablo II.
El Papa melómano debe asistir a las 16H00 GMT en el Vaticano a un concierto de la orquesta radiofónica de Stuttgart dirigida por el joven venezolano Gustavo Dudamel (26 años), descubierto por el italiano Claudio Abbado.
La orquesta va a interpretar obras de Mozart, Dvorak y del compositor italiano Andrea Gabrieli.
Entre los numerosos invitados al concierto, transmitido en directo por la primer cadena de televisión, figuran la actriz Sofía Loren (72 años), que vino especialmente de Ginebra para la ocasión, según el Corriere della Sera. «Le deseo que viva 80 años más», declaró la actriz al diario.
El Pontífice también ha recibido numerosos saludos de felicitaciones, entre ellos los del patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Alexis II, que felicitó a un «famoso teólogo comprometido por completo con la protección y la promoción de los valores cristianos tradicionales».
Benedicto XVI, que festejará además el 19 de abril sus dos años a la cabeza de la Iglesia católica, no ha podido viajar aún a Rusia, pese a la mejora de las relaciones entre la Iglesia ortodoxa rusa y la Santa Sede.
El presidente italiano Giorgio Napolitano (81 años) también envió al Papa sus mejores «deseos de felicidad y serenidad, así como sinceras palabras de aliento para el ejercicio de su magisterio», recordando los «lazos profundos» entre Italia y el Vaticano.
El secretario privado del Papa Georg Gaenswein aseguró que se habían recibido numerosas tarjetas, «pequeños regalos» como discos compactos, flores y «un enorme oso de tela».
Benedicto XVI «dijo claramente que prefería no aceptar obsequios personales y que quienes quisieran regalarle algo podían hacer una ofrenda que el Pontífice utilizará» por ejemplo en Tierra Santa, en una crisis en una región del mundo o en Africa, declaró a Radio Vaticano.
Precisó que el Papa donó el oso a los niños de un hospital de Roma.
El hermano del Santo Padre, Georg Ratzinger, también cura, le regaló una capa (largo abrigo de ceremonia) y paramentos litúrgicos, según la agencia Ansa.
Por su parte, Benedicto XVI decidió ofrecer una prima de 500 euros a todos los empleados del Vaticano, un millar, los cuales no trabajaron el lunes, día declarado excepcionalmente como feriado.
El Pontífice, que celebró una misa por su cumpleaños el domingo en la Plaza San Pedro, debía almorzar con cardenales.
No se sabe si el postre será un pastel de chocolate y café enviado por la comuna de Salerno (sur) al Vaticano.