Benedetti nunca muere


Gente como el Mayor de Montevideo Ricardo Ehrlich, el escritor y periodista Mauricio Rosencof, familiares y amigos ofrecieron sus respetos al escritor.

AFP PHOTO / Pablo Porciuncula» title=»Gente como el Mayor de Montevideo Ricardo Ehrlich, el escritor y periodista Mauricio Rosencof, familiares y amigos ofrecieron sus respetos al escritor.

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<p>El cuerpo amortajado de Mario Benedetti yací­a el lunes en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, donde se montó una capilla ardiente para despedir al laureado escritor uruguayo, que será inhumado en de hoy en el Cementerio Central.</p>
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Los uruguayos hicieron cola en el Palacio Legislativo de Montevideo.

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<p>«Una persona como Mario nunca muere, se siembra», dijo el presidente Tabaré Vázquez tras visitar la capilla ardiente para rendir tributo a Benedetti, quien murió en la noche del domingo a los 88 años por una dolencia intestinal crónica.</p>
<p>El gobierno uruguayo decretó duelo nacional ayer y las banderas estaban a media asta.</p>
<p>Varias figuras de la polí­tica, del arte, la música y la literatura, así­ como gente común y corriente se arrimaba a la capilla ardiente para rendir tributo al más prolí­fico autor uruguayo.</p>
<p>El precandidato presidencial de la coalición oficialista de izquierda Frente Amplio (FA) y ex guerrillero Tupamaro, José Mujica, afirmó que Benedetti es «el poeta que pintó nuestra decadencia, nuestro modo de ser, hasta con un poco de sol. Paradojicamente es el más nuestro y también el más universal».</p>
<p>El ex ministro de Economí­a Danilo Astori, que compite por la postulación del FA, recordó que Benedetti fue funcionario de la Contadurí­a General de la Nación y que «seguramente (…) su condición de funcionario público (…) le permitió conocer hondamente la idiosincrasia nacional y volcarla con tanta brillantez» a su obras.</p>
<p>Las puertas del Palacio Legislativo se abrieron a las 9: horas locales(12: horas locales), con una guardia de honor del batallón Florida del Cuerpo de Blandengues en la escalinata de la sede del Congreso.</p>
<p>Una alfombra roja llegaba hasta el féretro abierto, rodeado de antorchas de bronce y en la cabecera, un bellí­simo vitraux con el Escudo Nacional.</p>
<p>Las coronas de flores iban poblando los costados de la alfombra roja e inundando el Salón de los Pasos Perdidos con su aroma, dando cierta densidad al ambiente de tristeza y congoja, amortiguada por los murmullos.</p>
<p>Junto al féretro estaba el cantautor Daniel Viglietti, quien ha musicalizado sus poemas y resaltó la «calidad humana» y el «compromiso de siempre» de Benedetti «por la lucha con lo más justo, porque la humanidad sea más libre, más igualitaria».</p>
<p>«El corazón de muchos llora, déjenme decirles que el mí­o también. Pierdo a un maestro, a un ejemplo, a un entrañable compañero del camino, también en lo artí­stico», dijo.</p>
<p>El autor uruguayo Eduardo Galeano consideró que «Mario Benedetti creí­a en otro mundo posible y era el raro caso de un escritor generoso que celebraba el éxito de los demás».</p>
<p>El poeta Washington Benavides destacó que era «un hombre muy sencillo» que «nunca tuvo (el) empaque del creador que es admirado en todo el mundo, sino que siempre siguió siendo un hombre menudo, irónico, con una sonrisa detrás de sus bigotes».</p>
<p>En una entrevista realizada en setiembre de 2008 con la Asociación de la Prensa Extranjera en Uruguay tras la publicación de su último libro, «Testigo de uno mismo», escrito en verso, Benedetti habí­a dicho que su «próximo proyecto es un libro de poesí­a, que por ahora lleva el nombre de «Biografí­a para encontrarme»».</p>
<p>«Estoy terminando de escribirlo y revisarlo», indicó entonces.</p>
<p>En esa ocasión, el autor de decenas de libros de poemas, prosa, cuentos, novelas, ensayos y teatro habí­a señalado: «mi género preferido es la poesí­a, pues es allí­ donde me siento más cómodo».</p>
<p>Su novela «La Tregua» (1960) fue llevada al cine -nominada al Oscar en 1975 como Mejor Pelí­cula Extranjera- mientras sus poemas también fueron musicalizados por el catalán Joan Manuel Serrat, quien dijo sentir «pena por la muerte del amigo» y «liberación porque en este caso la muerte se presenta como liberadora».</p>
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MUNDO HISPíNICO Lloran pérdida


El mundo de la cultura lamentó ayer en España y América Latina la pérdida del poeta uruguayo Mario Benedetti, fallecido en la noche del domingo en Montevideo a los 88 años de edad.

«La muerte de Mario (Benedetti) personalmente me llega como una mezcla de tristeza y liberación», declaró el lunes el cantautor catalán Joan Manuel Serrat, que lo calificó de «hombre muy reconocido como poeta, poeta muy prolí­fico, y probablemente el más leí­do de la literatura latinoamericana».

La razón de su éxito «radicó en que supo llegar al alma y las preocupaciones de los lectores, lo que significa que entendió como pocos la sociedad contemporánea», dijo la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel.

Su obra «abarca casi todos los campos de la creación literaria y ha estado marcada por el compromiso con los más débiles y por el dolor de la distancia y el exilio», añadió.

El presidente del gobierno español, José Luis Rodrí­guez Zapatero, envió un telegrama de pésame a la familia en el que destacó «el testimonio de una libertad esplendorosa y de una confianza inquebrantable en el ser humano» que deja como legado el escritor uruguayo.

Su fallecimiento «nos deja huérfanos de uno de los escritores que mejor ha entendido la fuerza transformadora de la literatura y su capacidad para cambiar el mundo», elogió.

Para el poeta español Antonio Gamoneda, Benedetti fue un literato «humanamente muy necesario en el terreno del pensamiento social y de la honradez».

«Era un ser admirable pero utilizaba un lenguaje normalizado, el lenguaje de la comunicación coloquial, que, aunque lo respeto muchí­simo, no lo comparto», añadió el premio Cervantes 2006.

En cambio, para otros, esa facilidad de comunicación era el gran talento del poeta fallecido.

«Ha sido un autor muy querido. En ese sentido, hay una cierta diferencia con Borges, por ejemplo, que siempre ha sido muy estimado por los crí­ticos, pero poco estimado por los lectores», afirmó la poetisa uruguaya Cristina Peri Rossi.

«Me levanté de mala gana. Sólo me apetece emborracharme, pedir un whisky y decirle al camarero que me ponga el más humilde que tenga con una rodaja de limón», dijo por su parte el escritor chileno Luis Sepúlveda en Gijón (norte), explicando que así­ era como pedí­a su «queridí­simo» amigo en los «boliches» de Montevideo.

En Cuba, donde el escritor vivió parte de su exilio, Benedetti fue recordado como un amigo de la revolución cubana.

Benedetti «no fue sólo un gran escritor y un amigo solidario; fue un infatigable trabajador de la Casa», señaló Casa de las Américas, donde Benedetti fundó en 1967 el Centro de Investigaciones Literarias.

El presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el novelista Miguel Barnet lamentó la muerte como una «pérdida muy grande» para la comunidad intelectual de la isla «pues era casi un cubano».

La escritora mexicana Laura Esquivel lo calificó de «un gran poeta, sensible, humano y humilde a las causas justas de la sociedad» y elogió su obra caracterizada por «la crí­tica social, aguda e inteligente».

Desde Venezuela, el presidente Hugo Chávez lamentó «la sensible partida del escritor y poeta que fuera en vida un hombre comprometido con la causa de la humanidad».

Por su parte, los cantantes argentinos Adriana Varela y Jairo, que musicalizaron y llevaron al gran público poemas de Benedetti, manifestaron su enorme pesar.

Jairo indicó que «pocos poetas han sido tan cantados como Benedetti. Algunos poetas no quieren que musicalicen sus poemas pero él tení­a una relación natural con los músicos».

Adriana Varela, en tanto, dijo estar reconfortada de que Benedetti pudiera terminar su vida en Montevideo.

«El escritor partió desde su lugar de origen. Yo siempre tení­a temor de que se fuera lejos de su tierra», confesó Varela, en relación a las largas temporadas que el autor de «La Tregua» pasaba en España.