Belleza estética y racismo germánico


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Actualmente en Halle, Alemania, se presenta una exposición retrospectiva de la obra de Emil Nolde. La exposición, Colores Cálidos y Sagrados, tiene lugar en el Museo Moritzburg, que es un bello castillo renacentista del siglo XV.

Diario Europeo/Héctor Camargo

Este castillo es, sin lugar a dudas, uno de los más impresionantes Monumentos Históricos de la ciudad. La ciudad Halle tiene una larga tradición tanto en arte como en música clásica. Vale la pena recordar que el hijo pródigo de Halle es el gran Georg Friedrich Haendel.

LA MUESTRA

 Pues bien, la exposición -a la que solamente en un mes han llegado 10 mil personas- es una muestra que agrupa una variedad de obras –patrimonio tanto de Museos de Arte como de coleccionistas privados- de Emil Nolde. Sobre todo, obras del periodo previo a la  Segunda Guerra Mundial, pero también hay obras realizadas durante ese trágico capítulo de la historia.
 
 Es importante señalar que algunas de dichas obras tienen un valor excepcional debido a que, durante algún tiempo, permanecieron desaparecidas a causa de los conflictos –militares e ideológicos- de la Alemania nazi. O sea que la exposición no satisface únicamente el placer estético del visitante común, sino aporta también -para los especialistas en Historia del Arte- elementos nuevos para un mejor conocimiento histórico de la evolución artística de Emil Nolde.

 UN GENIO DESCONOCIDO

Emil Nolde, no obstante es uno de los mejores acuarelistas del siglo XX y uno de los fundadores del movimiento artístico del Expresionismo – es, todavía hoy, un pintor poco conocido en ambos lados del Océano Atlántico. En efecto, tanto en Europa –a excepción de Alemania y la antigua República Democrática Alemana (RDA)- como en las Américas, la obra de Emil Nolde es, únicamente y a menudo, conocida por especialistas y académicos, pero no por el público culto en general.

La razón principal de dicho anonimato es, sobre todo, debido a la fama y renombre de los  movimientos artísticos y de los pintores contemporáneos de Nolde. En efecto, constatamos que tanto el Impresionismo –con Monet, Manet, Renoir y Cezane- como el Cubismo –con Pablo Picasso y Jorge Braque- durante mucho tiempo monopolizaron la escena artística internacional y, sin quererlo, opacaron y marginaron a otros artistas. Es un hecho histórico que tanto los museos y galerías como los coleccionistas y editoriales de los centros culturales europeos, presentaron y escribieron, por lo general, únicamente sobre dichos artistas famosos en boga. Esto, lógicamente, produjo que el nombre y la obra de Emil Nolde se quedara perdida en las bibliotecas de los Profesores y Curadores de Arte –a éstos últimos, en España, se les llama Comisarios de Arte.

ORÍGENES PROVINCIALES

Emil Nolde, quien nació en 1867 en un pequeño pueblo de Alemania del norte, fue un niño de origen campesino, educado con los valores rurales y los principios morales –conservadores- del puritanismo protestante. Por eso, Nolde pasará su juventud en el campo, en la pequeña granja familiar. Un dato interesante –y un tanto extaño- es que Nolde era de nacionalidad danesa –pues su lugar de nacimiento, Burkal, fue -hasta 1864- territorio danés. Pero resulta que Nolde no se sentía en nada danés, sino del todo alemán.

Dicha contradicción –o integración fallida- se explica en el hecho que Nolde pertenecía a la minoría alemana de esa región. Por otro lado, tampoco sería erróneo pensar que, durante toda su vida, Nolde tuvo sentimientos extremadamente nacionalistas y su posterior adhesión a la ideología nazi no es algo accidental sino, más bien, un desarrollo lógico de sus valores nacionalistas y sectarios. Aparte que, desde el principio, el joven Nolde fue educado y formado tanto en lengua como en cultura alemanas. Y tanta era su afinidad hacia lo provincial que, en 1902, Emil Hansen -su nombre de nacimiento- decidió tomar oficialmente como su apellido el nombre de su barrio provincial: Nolde.

EL EXPRESIONISMO

En la Historia del Arte Emil Nolde ocupa un lugar de honor debido a que es uno de los fundadores del Expresionismo, que es un movimiento artístico surgido a principios del siglo XX. El Expresionismo es una corriente vanguardista que abarca el conjunto de las Artes Plásticas pero particularmente la pintura. El Expresionismo fue, sobre todo, un movimiento artístico puramente alemán. Y bien podemos afirmar que, históricamente, el Expresionismo se inspira en el Impresionismo –que fue particularmente francés- pero trata de superarlo tanto en principios y valores estéticos como en lo referente a la técnica formal de la obra de arte.

En efecto, una de las características principales de Emil Nolde -como figura mayor del Expresionismo alemán, es que funda una nueva forma –a través de la representación de la emoción- para  expresar la  realidad subjetiva del individuo y no la realidad objetiva del objeto representado en la obra de arte.

Un hecho interesante pero paradójico es que el Expresionismo tendrá, a la vez, efectos muy positivos en los  otros movimientos artísticos contemporáneos debido a que artistas como Pablo Picasso y Georges Braque verán en la obra expresionista un modelo de inspiración artística. Pero, como ya lo dijimos, estos mismos artistas marginarán –sin así quererlo- al fundador del movimiento artístico del que ellos se inspiran.

 TEMAS

Los temas de la actual exposición –y los que, a la vez, son los temas en los que se podría esquematizar la obra general de Nolde- son tres: Las Pinturas del Jardín, los Lienzos religiosos y las Escenas orientales. Lo que significa que la obra de Nolde tiene, formalmente hablando, un desarrollo histórico ligado a la vida personal del artista y a la evolución de su personalidad dentro de los cambios sociales de la sociedad de su tiempo. Lo religioso, por ejemplo, está íntimamente relacionado con la vida rural de Nolde. Debido a que, en la  vida campesina alemana de la segunda mitad del siglo XIX, la religiosidad ocupaba un lugar muy importante. Pero lo religioso está, también, ligado a las impresiones personales de la conciencia -misticismo, depresión, inseguridad, egocentrismo, sentido de superioridad- del artista como individuo social.

 
 PERÍODO DE FORMACIÓN

El uso de colores vivos, extremadamente estridentes y pinceladas abruptas tienen como objetivo golpear la conciencia del espectador/a y, en cierta forma, provocar en él/ella una reacción más emocional que racional. Es importante subrayar que la obra expresionista de Nolde transmite, a través de gruesas pinceladas, no la realidad como objeto pictórico o reflexión estética, sino el fenómeno de la experiencia de la sensibilidad humana, de la emoción.

El recurso a la técnica de la distorsión de contenido de la obra pictórica –sea una figura humana o un objeto natural o decorativo- es un rasgo que, históricamente, caracteriza a las primeras obras de Emil Nolde. Pero dicha característica formal –que también incluía las superficies planas y los contrastes de luz y color extremadamente acentuados- cambiará a medida que el pintor cambia su visión política y, paulatinamente, se acercará más a las concepciones discriminatorias del fascismo alemán. El arte de la raza superior, el Arte Germánico, será el ideal artístico e ideológico que marcará la vida de Emil Nolde.

PERÍODO PRONAZI

Parece que el humano es un lobo con piel de cordero. Y en la realidad de lo humano constatamos que los seres más virtuosos son, a la vez, capaces de los peores vicios. Y algunas veces el genio artístico –que no es común sino excepcional- va acompañado, por ejemplo, de una visión política extremadamente conservadora y sectaria. Richard Wagner, por ejemplo, fue un genio musical pero, al mismo tiempo, un individuo muy conservador y, sobre todo, extremadamente antisemita.

Y en el caso de Emil Nolde sucede, lastimosamente, lo mismo. Debido a que, si bien es cierto, que Nolde fue un pintor genial, es también cierto que fue un individuo partidario del fascismo alemán. Ciertamente, la adhesión de Nolde a la ideología nazi es una sombra que, sin lugar a dudas, oscurece la luminosidad y grandeza del artista. Es un hecho histórico –pero también trágico- que Emil Nolde fuera, desde los primeros tiempos del Nacional Socialismo, un miembro activo de dicho partido fascista. Su adhesión al nazismo y su proselitismo antisemita le abrió espacios en la escena artística controlada por los nazis.

Pero la historia –lector/a- es, a menudo, impredecible y está llena saltos abruptos. Pues, no obstante Nolde había sido siempre un fiel admirador de la ideología nazi y un acérrimo activista antisemita, la historia le reservaba una amarga sorpresa. Pues durante un tiempo el arte y las ideas de Nolde encontraron un lugar de privilegio en la cultura del Nacional Socialismo. Pero con la radicalización de la ideología nazi y la consolidación de los principios del Arte Germano, los ideólogos nazis catalogaron la obra de Nolde como Entartete Kunst o Arte Degenerado. En 1938 los nazis organizaron en Berlín una exposición llamada Arte Degenerado en la que, entre otros muchos, había cuadros de Nolde. Esto significó, pues, el fin de si carrera y de su fama como gran pintor alemán. Los nazis, por decreto, le prohibieron pintar y exponer cualquier tipo de obra.

 PERÍODO DE LAS ACUARELAS

De tal manera, resulta un tanto paradójico que no obstante Nolde estaba convencido del mito Nacional Socialista de un “Arte Germánico” y compartía el racismo, sectarismo y antisemitismo de los nazis, al final Goebbels –el Ministro Nazi de la Propaganda- condenó tanto la obra de Emil Nolde como la de los artistas expresionistas en general.

Por lo que Nolde, frente a la prohibición de pintar y en medio del marginamiento artístico y la soledad existencial, no tuvo otro recurso que ese del arte clandestino. Nolde, entonces, empezó a pintar una serie de acuarelas en formato pequeño y las que, al final, formarán un conjunto de mil 300 acuarelas. Estas obras, por su belleza y colorido, revelan tanto la madurez artística como la genialidad particular de Nolde. Ciertamente, dichos trabajos son el producto –exclusivamente- de la imaginación y no de la representación de un objeto real. Dichas pinturas, que Nolde llama “Pinturas no pintadas” serán conocidas hasta después de la muerte del pintor.

Entonces, culto lector/a, le recomiendo -si tiene el tiempo- que se dé un pequeño lujo cultural: cómprese un boleto aéreo – hasta antes del 28 de Julio- y visite Halle y disfrute –al lado de una rica salchicha de Turingia y una cerveza de barril- de los colores mágicos de la exposición de Emil Nolde. Pero si, por el contrario, usted no tiene la posibilidad económica para hacer un viaje aéreo, entonces le aconsejo de hacer un viaje virtual. Prenda su ordenador –que usted llama computadora- escriba Emil Nolde y disfrute de la biblioteca más grande del universo: el Internet.