Belice ya no es nuestro, ahora es un distractor


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En lo personal, como ciudadanos guatemaltecos, ¿cómo no quisiéramos que el territorio de Belice fuese reincorporado al regazo de la patria por los títeres de la Gran… Bretaña?

Pero los bucaneros de la pérfida rubia Albión están detrás de los “gobernantes” beliceños y, así, la cuestión viene siendo una “negrada”…

Marco Tulio Trejo Paiz


Después que de nuestro suelo fue desgajado el territorio que fácilmente se convirtió en “Estado libre, soberano e independiente” con el consenso y las santas bendiciones de las Naciones Unidas, es virtualmente imposible lograr una concesión “piadosa” de parte de los fantoches entronizados en Belice y de sus protectores de ultramar.

Empero, la gente que viene gobernando, en esta cercenada parcela por los mexicanos, para bajar el telón cuando se dan situaciones internas que provocan gran descontento en el pueblo, jalan de las orejas, como quien dice, el caso de Belice y, de esa manera, éste se convierte en un distractor con el propósito de acallar las voces de oposición de la ciudadanía; ¡sin que quepa duda!

Se recuerda con desagrado, pero sin resignación, que no fue difícil para los miembros de los países representados en la ONU practicar el parto estatal de Belice. Incluso nuestros “hermanos” de todo el Istmo centroamericano votaron “fraternalmente” para que viniera a este mundo convulso, con todas las de ley y al antojo del diablo, el “estadito” moreno donde sigue haciendo de las suyas la potencia blindada de allende el Atlántico…

Actualmente, el régimen que jefea el general Otto Pérez Molina está pretendiendo hacer valer un derecho que puede asistir a Guatemala respecto de Belice, apuntando a lo territorial, insular y marítimo, cuyo reclamo abarca ya un sesquicentenario.

También se prevé que el diferendo sea conocido, en última instancia, por la Corte Penal Internacional de Justicia, de La Haya.

Los gobiernos del pasado lejano y cercano, asimismo vivieron inmersos en profundo sueño explotando a su mejor conveniencia, para atenuar sus pesadillas políticas y sociales, el bendito factor de distracción popular…

El general e ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes, cuando hizo gobierno y a ratos desgobierno, lo agarró de los cabellos, sacudiéndolo mucho tiempo, para los mismos efectos de referencia. 

Recordamos que don Miguel Ramón hizo hasta hilarantes payasadas en Benque Viejo, Petén, y simbólicamente incursionó, a pie, en el suelo beliceño que todavía era una pequeña colonia superpoblada de gente “de color”, ocupada a la brava con su “chatarra” bélica, por Inglaterra. Un simpático muñequito del vespertino El Imparcial apareció en una de sus ediciones diciendo: ¡Ya ven qué viejo!…   
Al presente, el gobierno está tratando de hacer los preparativos pertinentes para realizar, simultáneamente con el régimen títere beliceño, una consulta popular.

Para el Tribunal Supremo Electoral se ha reservado un mínimo del presupuesto en cuanto al llamamiento al voto. ¡“Millonadas mínimas”!…

El presupuesto que sería destinado al referendo en mención asciende, nada menos, que a la friolera de Q260 millones que buena falta estarían haciendo para mejorar los servicios de salud, de educación, entre otros.

Se necesita ser muy optimista o muy soñador o babieca, para pensar y creer que nuestro país logrará que la gobernante marioneta de Belice haga concesiones territoriales, insulares y marítimas. Y es que, en realidad, ya todo está consumado, y los piratas de la Gran… Bretaña no le darán ni una migaja a esta pobre Guatemala de la Asunción.             

¡No nos movamos a engaño! Nuestro Belice, que está en poder de apátridas  y de otras latitudes, podría recuperarse parcial o íntegramente a puros pepitazos, pero Guatemala es un país liliputiense que únicamente puede desgañitarse demandando justicia internacional como en medio de un desierto… Ya pasó la oportunidad de que, desafiando a una bien artillada potencia, los guatemaltecos encorajinados, al influjo del patriotismo, recuperásemos con bizarría y heroísmo el pedazo de suelo que hoy enarbola sucias banderas como “Estado libre, soberano e independiente” bajo la férula de los bucaneros británicos.