Muchos la consideran la gran candidata «tapada» en el Mundial de fútbol: la prometedora Bélgica podrá comenzar a honrar mañana ese título al enfrentarse a Argelia en su debut en Brasil 2014.
El equipo de Marc Wilmots vuelve a un Mundial tras una fase previa impecable y con lo mejor de una generación dorada que une talentos jóvenes como el extremo del Chelsea Eden Hazard, de 23 años, con veteranos como el zaguero del Bayern Múnich Daniel van Buyten, de 36.
«Llevamos 12 años sin estar en un Mundial. Las expectativas en Bélgica son muy altas», explicó Van Buyten. «También nosotros tenemos una gran ambición. Pero no podemos decir que vayamos a ganar la Copa. No tenemos nada que perder».
Van Buyten es el corazón de un grupo joven -el segundo del torneo con menor promedio edad- y el único que ya estuvo en un Mundial, el de Corea y Japón 2002. «Soy el gran hermano», bromea sobre su papel de referencia para el resto.
Pero la revolución del fútbol belga que convirtió al equipo en una de las selecciones a seguir en Brasil es la nueva generación de jugadores que ganaron experiencia en Ligas europeas.
El máximo exponente es Hazard, fichado por el Chelsea por 40 millones de euros (unos 55 millones de dólares) y uno de los candidatos a ser revelación del Mundial.
Pero en el grupo puede incluirse también al centrocampista Alex Witsel, adquirido por la misma cifra por el Zenit de San Petersburgo, o a Marouane Fellaini, que cambió al Manchester United por 32 millones de euros (unos 44 millones de dólares).
Con un Thibaut Courtois en racha en el arco y otros jóvenes de peso internacional como el centrocampista Kevin De Bruyne, los «Diablos Rojos» ganaron el billete a Brasil liderando su grupo en la clasificación sobre Croacia, Serbia y Escocia.
El equipo saltará mañana al campo del estadio Mineirao de Belo Horizonte con más esperanzas que nunca de igualar su mejor actuación mundialista: el cuarto puesto logrado en México 1986, cuando cayó en semifinales ante la Argentina de Diego Maradona, luego campeona.
Enfrente resistirá Argelia, en principio la «cenicienta» del Grupo H, que también integran Rusia y Corea del Sur.
Apoyado por unos 2.000 aficionados que volaron desde África, el equipo del técnico Vahid Halilhodzic disputa su cuarta Copa del Mundo después de España 1982, México 1986 y Sudáfrica 2010 con un objetivo claro y difícil: llegar por primera vez a octavos de final.
Pero los argelinos confían y aseguran que su principal rival es precisamente la fama de equipo pequeño. «Temo más al árbitro que a Bélgica», dijo el entrenador tras la polémica arbitral que favoreció a Brasil en la inauguración del Mundial.
En el país norafricano las esperanzas son grandes. «Todo Argelia está con ustedes», dijo a la selección el presidente del país, Abdelaziz Buteflika, ante el debut de mañana.