Becas que nutren


La leche materna es el mejor alimento para las y los recién nacidos, esta puede ser proporcionada por la madre hasta en los dos primeros años de vida del infante; a través de ella la o el bebé podrá tener un mejor desarrollo fí­sico y psicológico, dotándole al neonato de las grasas, carbohidratos, azúcares y hierro que necesita para crecer sanamente.

Juan Manuel Castillo
lanana2@itelgua.com

«Este es un alimento que se adapta al recién nacido, porque contiene una composición conocida como calostro (lí­quido espeso, de color amarillento, que contiene proteí­nas y minerales, el cual es segregado por las glándulas mamarias durante los primeros cuatro dí­as después del nacimiento), el cual posee mayor cantidad de inmunoglobulinas, lo que mejora las defensas de la o él bebé», explica Carlos Roberto Rizo, especialista en neonatologí­a.

A pesar de que este alimento es insustituible para las y los bebés, existen casos donde a la madre se le imposibilita amamantar a su hijo o hija. Entre las principales contraindicaciones para brindar la lactancia materna podemos encontrar:

Cuando las mujeres están infectadas con el virus VIH, padecen de tuberculosis y estén bajo tratamiento, existan problemas de tiroides, lo que las obligue a tomar yodo radioactivo, padezcan de cáncer, se encuentren en estado crí­tico posparto, o simplemente se les dificulte porque en sus trabajos no les otorgan el permiso necesario para darle de mamar a sus bebés.

Paliativo alimenticio

Por lo que en estos casos las progenitoras deben alimentar a sus hijos e hijas con fórmulas artificiales o sucedáneos de leche materna. Un recurso, que no está al alcance de todas las personas, debido al alto costo que tiene este producto en el mercado; por ejemplo, un bote de leche de fórmula de una libra, que se comercializa en farmacias nacionales cuesta entre Q50 y Q58, lo que resulta ser un precio muy elevado para la mayorí­a de madres.

Debido a eso, Grupo Cresco desarrolló una fórmula llamada Crescolac con la que pretende realizar una campaña de Becas Nutricionales, dirigida a madres de escasos recursos, para que estas puedan alimentar adecuadamente a sus bebés, a fin de que estos no sufran de desnutrición crónica.

«Crescolac contiene DHA y ARA que son lí­pidos especialmente creados para las necesidades nutricionales de los bebés de uno a 12 meses, estos ayudan a la visión y al desarrollo cerebral del recién nacido», explica Juan José Castañeda, director de desarrollo de proyectos de Grupo Cresco.

Las becas nutricionales de leche consisten en proporcionar una ayuda económica a las mujeres guatemaltecas que no pueden amamantar a sus hijos e hijas, para que a estas se les facilite costear el producto, por lo que si Crescolac tiene un valor de Q45 en el mercado, puedan obtener un descuento y comprar cuatro botes del alimento a Q100, hasta que la o él bebé cumpla un año de nacido.

Mitos y realidades en torno a la lactancia materna

Aunque existen casos como los anteriormente descritos donde la madre no puede amamantar a sus hijos e hijas, muchas veces las madres no proporcionan lactancia materna a sus bebés, porque no están correctamente informadas acerca de los beneficios de esta práctica.

Por ello La Liga de la Leche Materna de Guatemala, con 30 años de experiencia a nivel nacional y más de 50 a nivel mundial, apoya a las madres guatemaltecas que deseen amamantar a sus hijos e hijas, a través de proporcionarles la información necesaria para que las mujeres brinden leche materna a sus hijos e hijas, así­ lo explica Maritza de Villatoro, médica pediatra y lí­der de dicha organización.

«Promovemos el amamantamiento, porque la leche materna no tiene sustituto y la mayorí­a de madres están en la capacidad de darla» afirma De Villatoro, quien asegura que los sucedáneos de la leche atentan contra la salud fí­sica, mental y emocional del infante, debido a que las fórmulas no defienden a los bebés de infecciones.

La profesional considera que la mayorí­a de casos donde las madres dejan de amamantar no es porque estas padezcan de una enfermedad que se los imposibilite, sino por la falta de información que tienen sobre el tema; «la madre es capaz de producir toda la leche que su hijo o hija necesita, debido a que la producción de esta depende del estí­mulo de la succión del bebé» expresa.

Rizo afirma que muchas veces se busca un sucedáneo, porque la madre y el bebé hacen menos esfuerzo y este último se llena más rápido y en menos tiempo; además dice que otro factor que impide la lactancia, es el hecho de que las mujeres crean que al amamantar se les caerán los pechos y se les podrán flácidos, lo que resulta falso, puesto que dar de mamar ayuda a la madre a recuperar más rápidamente su constitución fí­sica.

Por lo que son muchos los mitos que giran en torno a la lactancia materna, pero sólo a través de la información pueden esclarecerse los mismos, para prevenir que las madres tomen decisiones precipitadas acerca de amamantar o no.

Lo cierto del caso, es que los expertos consultados, coinciden en que la leche de fórmula debe ser utilizada, sólo en casos donde sea necesario y se demuestre clí­nicamente que el amamantar está contraindicado.

Para mayor información sobre becas comunicarse a Grupo Cresco al 2385 9285. Para orientación sobre lactancia materna comunicarse a Liga de la Leche Materna Guatemalteca al 5587 2199 con Maritza de Villatoro.

Carlos Rizo, explica que aunque las leches de fórmula intentan brindar un aporte calórico similar al de la leche materna y contienen elementos nutricionales, carecen de los elementos inmunológicos que protegen el intestino del recién nacido y el hierro que contienen las mismas no es tan fácil de absorber para el bebé.

Además la lactancia materna contribuye a una mejor formación del macizo facial, «este se forma mejor porque él bebé hace más esfuerzo y produce un mejor desarrollo de mandí­bula y músculos de la cara al momento de succionar», explica el especialista.