BCE, tranquilizado por el plan para Grecia


El Banco Central Europeo (BCE) se reúne esta semana en Fráncfort (oeste de Alemania) por primera vez desde el acuerdo entre los lí­deres europeos sobre un plan de apoyo a Grecia con la participación del FMI, una alternativa finalmente aceptada por la institución que rige la polí­tica monetaria de la Eurozona.


Según la opinión unánime de los economistas, el BCE deberí­a mantener en su encuentro del jueves su tasa principal en 1%, el nivel más bajo de su historia.

A fines de marzo, tras el anuncio del plan para Grecia, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, habí­a manifestado sus temores de que los paí­ses de la Eurozona no asuman sus responsabilidades, aunque luego saludó la adopción del mecanismo de ayuda que sólo se aplicará como último recurso.

Una intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI) serí­a una primicia desde la creación de la zona euro en 1999 y podrí­a ser interpretada como una señal de incapacidad de la Unión monetaria para resolver sus problemas por sí­ misma.

Las dificultades financieras de Grecia, así­ como las de Portugal, España, Italia e Irlanda siguen siendo un motivo de preocupación y harí­an que el BCE mantenga su apoyo al sector financiero.

En ese sentido, el BCE no cambiarí­a su polí­tica monetaria «por mucho más tiempo de lo pensado por los mercados», dijo la analista Jennifer McKeown, de Capital Economics.

Además, la institución con sede en Fráncfort aseguró el mes pasado que no retirarí­a por completo su dispositivo excepcional anticrisis al menos hasta octubre próximo, aclarando que una revisión progresiva no debí­a ser interpretada como una señal de cambios de las tasas de interés, señaló el experto Ralph Solveen, de Commerzbank.

La atención se concentrará entonces en las garantí­as que el BCE exija de parte de los bancos a cambio de liquidez.

Desde el agravamiento de la crisis financiera en septiembre de 2008 con la caí­da del banco norteamericano Lehman Brothers, el BCE decidió ser menos rí­gido en cuanto a esa cuestión.

Su idea en mantener flexibles esos criterios «más allá de 2010», como declaró recientemente Trichet ante el Europarlamento.

Eso es una buena noticia para los bancos griegos, que depende mucho aún de las operaciones de refinanciamiento del BCE, y para las obligaciones del Estado griego, que seguirán siendo aceptadas como garantí­as a cambio de liquidez.

En cuanto a la situación de la Eurozona, la institución monetaria europea mostrarí­a una visión contrastada, con indicios de reactivación pero grandes disparidades entre los 16 paí­ses que integran su espacio.

Al mismo tiempo, la inflación subió a 1,5% el mes pasado, su nivel más alto en un año y medio, aunque sigue por debajo del objetivo de estabilidad de los precios del BCE, que se sitúa en torno al 2%.