BCE se apresta a mantener tasas


El BCE desea esperar hasta el segundo trimestre para recortar sus tasas de interés. En la gráfica, sede central en Francfort del BCE.

El Banco Central Europeo (BCE) desea esperar hasta el segundo trimestre para recortar sus tasas de interés, a pesar del alza imparable del euro que perjudica a la economí­a y reactiva las crí­ticas contra la institución.


Los 30 economistas consultados en el sondeo de la Agence France Presse y Thomson Financial News esperan que el BCE mantenga en 4% su tasa directriz, que determina las condiciones del crédito en la Eurozona.

Una aplastante mayorí­a, 25, apuesta por una reducción de las tasas directrices en el segundo trimestre, la mayorí­a en junio.

«El BCE sigue haciendo de equilibrista entre la desaceleración económica y la inflación elevada», subrayó Nico Klene, de ABN Amro.

Los precios al consumo aumentaron un 3,2% interanual en febrero, bastante más del umbral de tolerancia del BCE, situado en un poco menos de 2%. Además, el alza de los precios del petróleo alimenta las tensiones inflacionistas.

Al mismo tiempo, los barómetros de confianza, tanto los realizados frente a industriales como frente a los consumidores, señalan un declive de la coyuntura en Europa. No hay pocos peligros: Estados Unidos está al borde de una recesión, el crecimiento mundial se desacelera, los consumidores no parecen estar en condiciones de seguir gastando como antes.

Los economistas aguardan que el BCE revise el jueves a la baja sus previsiones de crecimiento económico para este año.

El euro fuerte, que bate récord tras récord y evoluciona actualmente en torno a los 1,52 dólares, arroja una sombra más al panorama y el presidente del BCE, el francés Jean-Claude Trichet, será posiblemente consultado sobre este tema en la conferencia de prensa que sigue a la reunión del consejo de gobernadores.

El lunes de noche en Bruselas, Trichet se limitó a repetir anteriores declaraciones. Es «muy importante» que Estados Unidos se pronuncie a favor de un «dólar fuerte», declaró.

El alza de la divisa europea desespera a los industriales del Viejo Continente porque encarece el precio de sus productos para la exportación y los coloca en desventaja frente a sus competidores.

La perspectiva de nuevas bajas de las tasas estadounidenses alimenta la brecha en el tipo de cambio y desví­a a los inversores de las colocaciones en dólares, menos lucrativas. La principal tasa de interés de la Fed está fijada actualmente en 3%.

El BCE enfrenta cada vez más crí­ticas.

«El problema del euro es que el BCE, que hace bien su trabajo para contener la inflación, es súper poderoso: no tiene contrapeso polí­tico en la persona de un verdadero ministro europeo de finanzas que estarí­a a cargo del crecimiento», dijo el francés Dominique Strauss-Kahn, director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), al diario Le Monde.

La crí­tica de Strauss-Kahn es recurrente en funcionarios franceses de todos los colores.

En estos últimos meses, los franceses han acusado varias veces al BCE de favorecer el alza del euro al aumentar ocho veces consecutivas las tasas de interés entre diciembre de 2005 y junio de 2007.

También le reprochan su obsesión en la lucha contra la inflación en detrimento del impulso al crecimiento.

El BCE tiene no obstante la prioridad de velar por la estabilidad de los precios, según afirma el Tratado de Maastricht.

El presidente del Eurogrupo -que reúne a los ministros de Finanzas de la zona euro- el luxemburgués Jean-Claude Juncker, refutó el lunes las crí­ticas del jefe del FMI.

El comisario europeo para Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquí­n Almunia, también saltó al apoyo del BCE al considerar que éste lleva a cabo «un muy buen trabajo».