Baudrillard simula su muerte


El presente espacio de Contracultura está destinado a mostrar los valores culturales, pero desde otro punto de vista; no entendiendo a la cultura definida desde los patrones de los grupos hegemónicos, sino desde más abajo, desde la marginalidad.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

Y como primera anotación de esta sección, se podrí­a hacer referencia a la muerte esta semana de uno de los pensadores de la posmodernidad.

El martes de esta semana, el filósofo y sociólogo francés, Jean Baudrillard, es uno de los pensadores más influyentes de los últimos tiempos, más conocidos por sus teorí­as sobre la hiperrealidad y el simulacro.

El fenómeno de la posmodernidad surge, a grandes rasgos, por el conflicto de la «utopí­a» de un mundo mejor con ayuda de la ciencia, idea surgida a principios del siglo XX, y la realidad, la cual era destruida por la misma ciencia, los gobiernos y las guerras.

En ese contexto, surgen pensadores como Jean-Franí§ois Lyotard (quien rechaza las metanarrativas, es decir, a las creencias tradicionales que se han venido heredando a la sociedad, sin siquiera cuestionarse sobre su autoridad), Michel Foucault (quien critica al poder, como un juego que los grupos hegemónicos han sabido «ganar» desde que se formó la sociedad moderna) y el mismo Jean Baudrillard.

Este pensador aporta a la filosofí­a moderna en cuestionar la autenticidad de todo cuanto ocurre. Su duda más famosa fue el ser incrédulo en la Guerra del Golfo Pérsico. í‰l decí­a que los medios de comunicación fueron los que trasladaron la idea de una supuesta guerra, la cual no se realizó en sí­.

Aunque estas afirmaciones son, obviamente, muy radicales, Baudrillard sí­ tiene razón en enunciar que la mayorí­a de las imágenes que se observan a través de la publicidad y las noticias, normalmente carecen de un fundamento de realidad.

De hecho, la mayor parte de nuestro conocimiento se forma a través de experiencias realmente no vividas. El desarrollo de la informática nos hace experimentar, por ejemplo, cómo serí­a maniobrar un avión, o jugar la final del campeonato mundial de fútbol, sin siquiera haber pisado un terreno de juego.

La televisión nos lleva a lugares lejanos, los cuales conocemos sin siquiera haber salido de nuestra ciudad. En fin, el hecho de conocer todo, pero no haber experimentado nada, es básicamente la definición de Baudrillard a su concepto de «hiperrealidad».

De acuerdo con los crí­ticos, la conocida pelí­cula Matrix estarí­a basada en el pensamiento de Baudrillard. Este filme expresa que lo que conocemos realmente es una ilusión, limitado por una inteligencia central que, más que someter a las personas por la fuerza, simplemente les cohibe su crecimiento, haciéndoles creer que hay muchas cosas imposibles, cuando, supuestamente en realidad, no lo es.