El líder de Batasuna, Arnaldo Otegi, ilegalizada por ser brazo político de ETA, afirmó el viernes que esta formación «no pone condiciones» para dialogar, pero pide «la misma responsabilidad» a sus interlocutores del gobierno socialista central.
«Nosotros no ponemos ninguna condición para sentarnos, ni incluso cuando están asaltando centros culturales en el país, ni cuando nos llaman a declarar, ni cuando nos meten en la cárcel», dijo Otegi a Radio Euskadi.
Según el portavoz de Batasuna «tenemos una cierta autoridad para pedir al resto, al menos, el mismo nivel de responsabilidad» a la hora de entablar un diálogo en el marco del proceso de paz en el País Vasco, que se abrió tras el alto el fuego permanente declarado por ETA el 22 de marzo pasado.
Batasuna y su entorno, siguen siendo blanco de la justicia española.
Sin ir más lejos, el pasado 24 de octubre, la Audiencia Nacional, principal instancia penal española, confirmó el procesamiento de Otegi y de otros 37 miembros de Batasuna por «pertenencia a banda armada».
A ello se suma el complicado panorama político pues Batasuna reclama su legalización para poder presentarse a las elecciones municipales de mayo de 2007, mientras el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero enfrenta críticas permanentes del opositor Partido Popular (PP, derecha) que rechaza cualquier diálogo «con los terroristas de ETA-Batasuna».
Batasuna fue ilegalizada en marzo de 2003, meses después de la aprobación de la Ley de Partidos, consensuada entre socialistas y conservadores, entonces en el poder central, que prohíbe toda formación política que no condene o justifique el terrorismo.
El proceso de paz para poner fin al terrorismo de ETA, que en casi 40 años mató a más de 800 personas, debería abordar la desmilitarización de la organización armada, el futuro de los presos etarras (647 en total), y paralelamente debería establecerse una mesa de partidos que abordará el futuro institucional del País Vasco, cuya formación reclama Batasuna con insistencia.