La batalla por el banco holandés ABN Amro, que daría lugar a la mayor fusión bancaria de la historia, es el último capítulo de una nueva ola de fusiones y adquisiciones en Europa, donde la banca, la aeronáutica, la energía, la telefonía y la farmacéutica están en franca consolidación.
Tras comunicar su fusión con el británico Barclays por la cifra récord de 67.000 millones de euros el lunes pasado, ABN Amro fue blanco de una oferta de un consorcio de bancos (el escocés Royal Bank of Scotland, el español Santander Central Hispano y el belga-holandés Fortis) por unos 72.100 millones de dólares.
Con la Unión Europea presionando para un mercado único en banca y finanzas, la batalla por el banco holandés se anuncia descarnada.
La fusión con Barclays, número tres en Gran Bretaña, crearía el segundo banco europeo y el quinto mundial.
Un matrimonio con el consorcio de bancos, en cambio, resultaría en el desmantelamiento del ABN-Amro, estiman analistas. La filial estadounidense LaSalle Bank iría a parar a manos del RBS, las actividades holandesas a Fortis y las italianas y brasileñas a Santander.
Entre los motores de la consolidación, los expertos citan la ausencia de un actor bancario presente en todos los principales mercados de Europa.
Muchos mencionan la tesis de una consolidación elegida frente a una fusión hostil por parte de uno o varios gigantes estadounidenses.
«Hay una preferencia europea, porque la gente se conoce entre sí, trabajan en los mismos mercados e intentan tener un complementariedad geográfica», subraya Jean Pierre Lambert, analista de Keefe, Bruyette