Basta de trabajar a rajatabla


francisco-caceres

Vaya el estimado lector por donde quiera a lo largo y ancho del territorio guatemalteco y podrá comprobar que se encuentra en un país sin las debidas señales o indicaciones para el mejor ordenado y seguro tránsito de los vehículos automotores. Deténgase frente a la luz roja de algunos semáforos y podrá comprobar que la estructura metálica que lo sostiene fue diseñada para colocarle indicaciones para que los conductores sepamos en qué crucero nos encontramos o la calle o avenida por la que transita, pero las autoridades olvidaron colocar los respectivos rótulos.

Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt


Al llegar a una esquina nada indica si debe detenerse, hay doble vía o cuál es la dirección correcta. Todo esto es solo una muestra de la falta de planificación, organización y orden que tenemos en materia de tránsito.

Nadie ignora la innumerable cantidad de accidentes de tránsito que representa el no haber tenido autoridad tanto tiempo, además de los elevados costos por pérdidas de valiosas vidas humanas, costos y gastos por su cauda de daños y perjuicios. No pasa un segundo sin que veamos a un conductor pasándose la luz roja del semáforo. No pasa un minuto sin que veamos a infinidad de vehículos dando muestras de su pésimo estado de funcionamiento, incluyendo las imprescindibles luces para alumbrar el camino o las indicadoras de sus movimientos.

Se acaba de informar de las intenciones gubernamentales de elevar de categoría al Departamento de Tránsito adscrito a la Policía Nacional, por el de Dirección General y me surge la pregunta: ¿será que con solo ese cambio, la circulación de vehículos podrá volverse ordenada, segura y confiable? Disculpen, pero dudo mucho que ese sueño se haga realidad si los cambios, modificaciones o transformaciones se van a seguir haciendo a rajatabla, sin planificación, mucho menos sin contar con la indispensable asesoría técnica. Porque para poner un letrero o señal de alto, no es nomás de tomar una lámina, pintarle el fondo de naranja, para hacerle propaganda al partido en el poder, sin ceñirse al pie de la letra de las normas internacionales.

Con cambiar el nombre de “departamento” al de “dirección” y ponerse a comprar sin licitación montón de motocicletas de determinada marca, no se va a componer la locura actual del tránsito de vehículos automotores, ni la población va a ganar nada. Tampoco es cuestión de hacer el mate con que se va ir a las escuelas para inculcar a los niños el debido respeto a las normas de seguridad, si estas siguen siendo obsoletas y sin que los agentes del orden las impongan las 24 horas del día y los 365 días del año. No, para un país que lleva muchísimos años sin contar con autoridades responsables es obligatorio tomar experimentadas acciones para educar, formar, hacer conciencia, como regular y sancionar como corresponde a tantos violadores de una Ley de Tránsito que ni las mismas autoridades respetan.