Javier Bardem les agradeció ayer a los cineastas españoles y estadounidenses que lo han apoyado a lo largo de su carrera al develar su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, ubicada a dos pasos de la de su esposa Penélope Cruz.
«He tenido la suerte de trabajar profesionalmente como actor por 35 años y comparto este honor con todos los directores increíbles en España y fuera de España que creyeron en mí», dijo en inglés durante una breve ceremonia.
Específicamente mencionó a su compatriota Bigas Luna por darle su primer papel en el cine, en «Jamón, jamón» (1992), y a Julian Shnabel por darle su primer trabajo en inglés, en «Antes que anochezca» (2000), por la que fue postulado al Oscar como mejor actor.
«Todo lo que quise fue trabajar profesionalmente como actor y ahora, estar aquí y tener una estrella en el Paseo de la Fama, es un honor que nunca pensé que llegaría a tener», dijo Bardem frente a más de cien admiradores.
Y en español únicamente expresó: «Quiero dedicárselo a toda mi familia y a todos mis amigos y compartirlo con todos mis compañeros de profesión de España».
La estrella de Bardem está ubicada al lado de la de su esposa, la también laureada actriz española Penélope Cruz, quien no estuvo presente en la ceremonia. Ambas estrellas están afuera del cine El Capitán, sobre el bulevar de Hollywood, enfrente del Hollywood & Highland Center (Teatro Kodak), donde se realiza la entrega de los Premios de la Academia.
El actor ganador de un Oscar por su papel de reparto en «No Country for Old Men» (2008) develó su estrella en la víspera del estreno estadounidense de «Skyfall», la nueva película de James Bond en la que da vida a Raoul Silva, un siniestro y excéntrico villano que atacará por venganza a la agencia del agente 007, interpretado nuevamente por Daniel Craig.
A la ceremonia llegaron el «chicas Bond» Naomi Harris y Bérénice Marlohe y el director de «Skyfall» Sam Mendes, quienes posaron para los fotógrafos con Bardem, vestido con camisa blanca y pantalón marrón y saco beige, y además firmaron autógrafos.
Antes de invitarlo a develar su estrella, Mendes calificó a Bardem como un «artesano» y destacó el linaje artístico del que proviene.
«Él viene de una familia de actores, él respeta a los actores, respeta el arte de la actuación, él es un artesano y un relator de historias y cree en eso como forma de arte», dijo Mendes.
En España, Bardem ha conquistado cinco premios Goya por su trabajo en películas como «Mar adentro», del chileno-español Alejandro Amenábar, y «Biutiful», del mexicano Alejandro González Iñárritu, por la que también fue postulado a un Premio de la Academia.
Próximamente podrá vérsele en los filmes «The Counselor», de Ridley Scott, y «To the Wonder», de Terrence Malick.
Asimismo coprodujo y trabajó en «Sons of the Clouds: The Last Colony», un documental que narra los efectos de la colonización del Sahara Occidental, incluyendo el desplazamiento de casi 200.000 personas, y que estará disponible en iTunes a partir de la próxima semana.
Cruz, también ganadora de un Oscar, develó su estrella en abril de 2011.
Las celebridades que reciben estrellas en el Paseo de la Fama son seleccionadas por un comité. Quienes aceptan tienen que pagar 30.000 dólares por concepto de gastos. En el caso de los Bardem, los gastos fueron pagados por Sony Pictures Entertainment, de acuerdo Ana Martínez, publicista de la Cámara de Comercio de Hollywood, que administra el Paseo de la Fama.
VILLANO ORIGINAL
Javier Bardem es un fanático de James Bond que a lo largo de su vida ha visto todos los filmes de la franquicia. Dice que su chica Bond favorita quizás sea Ursula Andrews y su villano preferido «Tiburón». Pero cuando aceptó interpretar al malo en «Skyfall», la nueva película del agente 007, el laureado Oscar español optó por no volver a ver ninguna de las cintas de la popular serie.
¿Ninguna? ¿Ni siquiera un pedacito de «Moonraker» o «La espía que me amó» para ver a «Tiburón»?
«No, ninguna, ninguna», respondió el actor durante una entrevista reciente con The Associated Press. «Cuando tomé la decisión de hacerlo, realmente no quise revisitar ninguna (película) porque me conozco y sé que iba a interferir con el proceso, un proceso que yo quería ir con (el director) Sam (Mendes) desde cero».
El resultado, a decir de la crítica, es un villano de compleja personalidad, muy real y un poco extravagante. Raoul Silva, con su cabello rubio platinado y sus gestos algo afeminados, intentará destruir a la agencia de Bond, MI6, para saciar su sed de venganza.
La riqueza y complejidad que desborda este villano es similar a la de otros personajes interpretados por Bardem, como Uxbal en «Biutiful» o Anton Chigurh en «No Country for Old Men», por la que ganó el Premio de la Academia a mejor actor de reparto. Al igual que hizo con «Skyfall», el astro español se abstuvo de ver cintas que pudieran haber comprometido la originalidad de sus actuaciones en estos casos.
Antes de dar vida a Anton Chigurh, por ejemplo, Bardem dice que estuvo tentado a ver de nuevo «Fargo» porque «allí aparecen dos personajes extraordinarios que tienen la tonalidad, el ritmo de los (hermanos Joel y Ethan) Coen», realizadores de «No Country for Old Men», pero que no lo hizo.
«Había visto esa película muchas veces pero no quise verla desde el punto de vista de alguien que va a hacer algo parecido. Es me que me conozco, me va a interferir», recalcó. «Aparte, esa era una de las razones por la que hice (‘Skyfall’) al conocer a Sam: el inventarnos algo. Que aunque (el personaje) está escrito, hay que ponerlo en pie».
Bardem, quien ayer develó su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, explicó que fue trabajando en los gestos y voz de su personaje en base al guion y espacio creativo que le dio Mendes.
«La primera vez que leí el guion sí sentí que había una propuesta muy interesante a muchos niveles de un personaje rico en matiz», recordó el actor, quien también ha ganado cinco premios Goya. «En lo personal, (Raoul Silva) me pareció muy interesante: en vez de ser un megalómano que quiere destruir el mundo porque sí, era un señor al que le pasan cosas concretas, que tiene un objetivo muy específico y muy personal. Eso me gustó».
Lo que siempre se trató de mantener fue el aura clásica de los filmes de Bond, que este año celebra su 50 aniversario con la 23 aventura del agente 007, por tercera ocasión interpretado por Daniel Craig.
El filme basado en las novelas de Ian Fleming trata de balancear lo clásico con lo moderno, contrarrestando un Aston Martin DB5 con una Walther PPK 9mm que sólo puede ser activada por las huellas de la palma de la mano de Bond.
«Quisimos traer una esencia, un sabor de los clásicos de James Bond y combinarlo con algo más moderno, más actual, más de hoy», dijo Bardem, de 43 años. «También el tema de la película es la renovación, de cuando uno tiene que mirarse y examinarse y evaluarse y producir un cambio y eso se ha hecho, creo que está muy bien».
Esa misma fórmula se aplicó con los personajes de Judi Dench, quien regresa por séptima vez en el papel de M, jefa de Bond; Ben Whishaw como un Q muy jovencito y Bardem como Silva.
«Definitivamente lo que no queríamos perder de vista era el sentido de lo clásico, esas cosas que la gente espera ver en los villanos de Bond y como bien dijo Sam, ‘Los villanos de Bond están en ese terreno entre lo real y la ficción’. Y eso es muy rico para poder interpretar (un personaje) porque te permite volar un poco alto al mismo tiempo que estás anclado en tierra. Esa combinación me pareció muy interesante».
Dar vida a personajes siniestros o complejos conlleva esfuerzos psicológicos que Bardem ha aprendido a manejar, aunque a veces le cueste mucho salir de ellos, como le pasó con Uxbal, el personaje del filme de Alejandro González Iñárritu «Biutiful», que ha dicho le llevó meses sobrellevar.
«Cuando uno pasa mucho tiempo relacionado con la ficción, la ficción de pronto toma un lugar muy importante hasta el punto de distorsionar la realidad. Es lógico», dijo Bardem.
Lo importante como actor es poder salir a salvo y lo más pronto posible del personaje, explicó.
«El trabajo de la ficción es un trabajo complejo en el que tienes que entrar pero también tienes que salir. Alguien me dijo una vez que en el mundo creativo, lo importante es tener el billete de ida y vuelta … La diferencia del arte y la enfermedad es que los artistas tienen billete de ida y vuelta. La enfermedad es sólo billete de ida», comentó.
«Skyfall» se estrena el viernes en Estados Unidos. También cuenta con las actuaciones de las «chicas Bond» Naomi Harris como la agente Eve y Bérénice Marlohe como Severine; así como con Ralph Fiennes como Gareth Mallory, un funcionario británico que supervisa la MI6.
«Había visto esa película muchas veces pero no quise verla desde el punto de vista de alguien que va a hacer algo parecido. Es que me conozco, me va a interferir. Aparte, esa era una de las razones por la que hice (‘Skyfall’) al conocer a Sam: el inventarnos algo. Que aunque (el personaje) está escrito, hay que ponerlo en pie».