Barcelona mira a Neymar; el Madrid a su presidente


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A una fecha del final de la liga española, Barcelona y Real Madrid miran más allá de la jornada del sábado, con planes inminentes de renovación en ambos clubes, marcados por cambios de relieve en sus planteles y banquillos, aunque no en sus despachos.

Por ALEX OLLER, BARCELONA Agencia AP

Si el final de la pasada campaña anunció el adiós del técnico Pep Guardiola tras un ciclo glorioso en el Barsa, este se ha cobrado el fin de la era de José Mourinho en el Madrid, aunque cerrada con menos lustre.

Una Copa del Rey, una liga y una Supercopa de España son el discreto bagaje del «Special One» en su trienio de servicio en «La Casa Blanca», donde han causado más furor sus frecuentes salidas de tono que el juego del nueve veces campeón de Europa.

La liga, ganada el año pasado por el Madrid con récord de 100 puntos y 121 goles, regresó a Barcelona pese a una temporada marcada por dificultades como la recaída de un cáncer de Tito Vilanova. El estreno del timonel debe considerarse exitoso en cuanto a resultados, pues los azulgranas también alcanzaron su sexta semifinal consecutiva en la Liga de Campeones.

Pero el regusto fue amargo por la manera de caer en el torneo continental: un contundente global de 7-0 contra el Bayern Munich, eventual campeón y nuevo referente futbolístico europeo, a esperas del arribo al banquillo de Guardiola.

El Barsa, que inició el campeonato con la mejor primera vuelta de la historia y aún está a tiempo de igualar los 100 puntos del Madrid, se desinfló con el paso de los partidos pese a contar nuevamente con estratosféricos registros goleadores de Lionel Messi. Con récord de 91 dianas en un año calendario (2012) y 58 en el total de la temporada, el astro argentino siguió engrandeciendo su figura, pero el juego del equipo, excesivamente dependiente de su inspiración, trazó trayectoria descendente y finalmente el cuerpo del «diez» dijo basta, despidiendo una campaña con aroma a renovación.

La llegada del brasileño Neymar, esperada el lunes, asegura que el año de transición será cuanto menos colorido. El presidente Sandro Rosell le ganó el pulso al Madrid por los servicios del joven talento, y la ilusión es que éste refuerce la imagen del club así como a una delantera donde ni Pedro Rodríguez, ni David Villa ni el chileno Alexis Sánchez estuvieron a la altura como escuderos de Messi.

Sin Neymar, sin títulos que validen su gestión más allá de la liga pasada y sin Mourinho, Florentino Pérez se mira al espejo en la butaca presidencial del Madrid que seguirá ocupando tras unas elecciones «fantasma», carentes de candidatos capaces de retar al poderoso empresario.

También sin atisbos de autocrítica, Pérez despachó a Mourinho, al que fichó en su día como relevo del chileno Manuel Pellegrini, y eligió nuevo cabecilla para liderar el enésimo proyecto «galáctico» nombrando al referente original, Zinedine Zidane, como director deportivo.

El Madrid alterna la búsqueda de timonel con la reconstrucción de sus cimientos tras la política de tierra quemada de Mourinho, quien dio la liga por perdida en enero y se dedicó desde entonces a saldar cuentas con el plantel. Los casos más notorios fueron los del capitán Iker Casillas, relegado a la suplencia, y el del central Pepe, castigado y ridiculizado públicamente por defender al arquero internacional.

Entre la borrasca, emergió la figura de Cristiano Ronaldo, elemento estabilizador sobre la cancha, donde firmó menos goles que el año pasado pero realizó probablemente su mejor campaña. El portugués empezó el curso declarándose «triste» pero lo acabó como máximo goleador del equipo con 34 dianas, 12 menos que Messi, máximo cañonero.

Su mal perder en la final de Copa del Rey contra el Atlético de Madrid empañó un tanto su imagen, pero vino a retratar el final de la era Mourinho, marcada por la crispación y los malos modos.

Quien se congratula del trabajo bien hecho es su homólogo en el Atlético, el argentino Diego Simeone, quien completó su primera campaña entera al timón rojiblanco con la conquista de la Supercopa de Europa y la Copa.

Con un plantel sin más estrellas que el goleador colombiano Radamel Falcao, el Atlético firmó sus mejores registros desde que consiguiera el doblete (liga y copa) en 1996 con Simeone como jugador. Los «colchoneros» anduvieron varias fechas escoltando al Barsa, y la esperanza es que el primer triunfo sobre los «merengues» en 14 años impulse una nueva era con la liga como objetivo.

«Mentir no me gusta. Tenemos que crecer para acercarnos a esa posibilidad «, advirtió el jueves Simeone, resignado a perder a Falcao, autor de 28 redes, ante la chequera del Mónaco francés.

La cuarta plaza será disputada entre la Real Sociedad, equipo revelación, y el Valencia, que debió despedir al argentino Mauricio Pellegrino antes de resurgir con Ernesto Valverde al timón.

El adiós del técnico Philippe Montanier, con posibilidad de clasificar a la Real a la Liga de Campeones por primera vez en 10 años, no es vista con preocupación en San Sebastián, donde confían en una joven generación liderada por el mexicano Carlos Vela, quien firmo su mejor año con 13 goles y nueve asistencias.

Su compatriota Giovani Dos Santos también exhibió sus virtudes en Mallorca, pese a que el equipo es actual colista y figura como principal candidato al descenso; suerte que evitó el Espanyol gracias a su compatriota Javier Aguirre, quien relevó del banquillo al argentino Mauricio Pochettino y salvó a los «periquitos», hoy cómodamente asentados en mitad de tabla.

Pochettino posiblemente se reencuentre en la liga Premier con Pellegrini, quien abandona Málaga tras un año marcado por las dificultades económicas y los vaivenes en los despachos, que acarrearon castigo de la UEFA para disputar competiciones europeas.

Pese a ello, el «Ingeniero» volvió a dejar al equipo en lo alto de la clasificación y con un plantel revalorizado que seguramente siga sus pasos en el exilio.

Le acompaña un Betis que desplegó buen fútbol y recuperó la mejor versión del colombiano Dorlán Pabón, quien debe incorporarse al Monterrey mexicano tras anotar ocho tantos en 16 partidos en España.

Mayor decepción fue el Athletic de Bilbao del argentino Marcelo Bielsa, que acabó lejos de los primeros puestos y se despidió mal de su mítico estadio San Mamés. El futuro del «Loco», admirado por la hinchada pero enfrentado a la directiva, sigue siendo una incógnita. «Supe gestionar la adversidad, pero no el éxito», reconoció Bielsa.