Barack Obama tiende la mano a musulmanes


El presidente Obama sostuvo una reunión bilateral con el rey Abdullah bin Abdul Aziz al-Saud.

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<p>El presidente estadounidense Barack Obama inició hoy en Arabia Saudita su primera misión a Medio Oriente, con el propósito de obtener el apoyo de los paí­ses árabes para lograr la paz entre palestinos e israelí­es y tender la mano a los musulmanes, lo que preocupa a su aliado Israel.</p>
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El momento más esperado de esta misión de paz será el discurso que Obama tiene previsto pronunciar el jueves en El Cairo, segunda y última etapa de esta visita.

El avión presidencial aterrizó a las 15H20 locales (12H20 GMT) en el aeropuerto de Riad, donde al pie del avión fue recibido por el rey Abdalá, con quien se dio un abrazo.

Antes de su llegada, Obama aseguró que querí­a «encarrilar seriamente» el proceso de paz en Medio Oriente y subrayó la necesidad de ser firme frente a Israel en la creación de un Estado palestino y la colonización judí­a.

Arabia Saudita, de fuerte influencia regional, espera de Washington garantí­as de firmeza frente al gobierno del primer ministro israelí­, el derechista Benjamin Netanyahu, que se niega a aceptar un Estado palestino y a congelar la colonización.

En su primera visita al reino saudita, Obama se reunirá con el rey Abdalá, impulsor de una Iniciativa de Paz írabe, adoptada en 2002, que prevé normalizar las relaciones entre los árabes e Israel, a cambio de una retirada total del Estado hebreo de los territorios árabes ocupados en 1967.

«Estamos en la misma frecuencia», dijo la ví­spera un consejero polí­tico del gobierno saudita que pidió el anonimato.

Estadounidenses y sauditas trabajan también en la elaboración de una estrategia frente a Irán, el rival regional chiita de la Arabia sunita, sospechoso de querer dotarse de armas nucleares.

El discurso de Obama del jueves debe reparar las deterioradas relaciones por la guerra de Irak, el escándalo en la cárcel de Abu Ghraib, de la prisión de Guantánamo y las prácticas defendidas por su predecesor, George W. Bush, en nombre de la lucha contra el terrorismo.

Poco antes de la llegada de Obama a Riad, quien le dio la bienvenida en una grabación sonora fue el jefe de la red Al Qaida, Osama bin Laden, que lo acusó de «seguir la misma polí­tica de hostilidad» hacia los musulmanes que Bush.

«Obama sigue los pasos de su predecesor en su polí­tica de hostilidad hacia los musulmanes (…) y así­ sienta las bases a guerras de largo alcance», declaró Bin Laden en extractos de su mensaje difundidos por Al Jazira, el canal de televisión qatarí­ en árabe.

Bin Laden dio como ejemplo la ofensiva del ejército paquistaní­ contra los talibanes en el valle de Swat, noroeste de Pakistán.

«Obama y su administración han sembrado nuevas semillas de odio contra Estados Unidos», advirtió Bin Laden. «Que el pueblo estadounidense se prepare para cosechar los frutos de lo que han sembrado los dirigentes de la Casa Blanca, durante los años y décadas por venir», afirmó.

Obama ya dijo que «un solo discurso no va a resolver todos los problemas» pero estimó que su viaje representa «una oportunidad para que las dos partes se escuchen un poco más y esperemos, aprendan algo».

En cambio, Israel expresó su preocupación de que la apertura de Obama hacia el mundo musulmán se haga a costa suya, en momentos en que ambos aliados incondicionales atraviesan un periodo de divergencias sobre la reactivación del proceso de paz.

ISRAEL Preocupa reconciliación


A Israel le preocupa que el presidente estadounidense Barack Obama pronuncie un discurso de reconciliación con el mundo musulmán, el jueves en El Cairo, en un momento en que las relaciones entre estos dos históricos aliados atraviesan serias turbulencias.

Los responsables israelí­es temen que ese acercamiento entre el presidente estadounidense y el mundo musulmán afecte las relaciones privilegiadas establecidas entre Washington y el Estado hebreo durante el mandato del ex presidente George W. Bush.

«El presidente estadounidense tiene el derecho de intentar reconciliarse con el mundo musulmán y tratar de competir con Al Qaida o Irán para conquistar su corazón. Por nuestra parte, debemos verificar que ello no afectará nuestros intereses comunes», dijo en la radio el ministro de Transportes Israel Katz.

A pesar de que garantiza que la actitud de Obama es «amistosa con Israel», ese aliado cercano del primer ministro Benjamin Netanyahu, que lo considera como su portavoz, admite que el presidente norteamericano tiene «un punto de vista diferente» al de Bush.

«Enví­a otros mensajes al mundo árabe y a los musulmanes, es otra realidad, que no resulta fácil», agregó.

Las declaraciones de Katz hací­an alusión a las tensiones entre Israel y Estados Unidos observadas tras la negativa de Netanyahu a aceptar un Estado palestino y congelar totalmente la colonización judí­a en Cisjordania, como exige Obama.

«Existe una cooperación intensa entre Israel y Estados Unidos, pero los desacuerdos se agravaron recientemente», admitió Katz, criticando de nuevo las presiones del presidente Obama para imponer un cese total de las construcciones en las colonias.

«El actual gobierno no congelará el crecimiento natural de la población en las colonias de Judea-Samaria (Cisjordania) y de Jerusalén, no hay ningún tipo de indecisión al respecto», subrayó.

Sin embargo, Katz destacó que el primer ministro no excluí­a «demostrar cierta flexibilidad», en alusión al posible desmantelamiento de 22 asentamientos salvajes construidos por colonos extremistas sin la autorización del gobierno.

Pero el presidente estadounidense excluyó por ahora cualquier compromiso sobre este tema, rechazando, igual que la comunidad internacional, la distinción entre colonias «legales» y «salvajes»

Por su parte, el ex ministro de Relaciones Exteriores y de Defensa, Moshe Arens, instó al primer ministro a «negarse a someterse a las órdenes de Washington».

«Es inaceptable, no somos una república bananera y debemos negarnos a ponernos de rodillas», agregó Arens, miembro del Likud, el partido de derecha de Netanyahu.

Pero para Yosi Beilin, ex ministro del partido de oposición Meretz (iquierda), «llegó el momento de la verdad».

«Este gobierno muy extremista tiene el derecho de preferir la colonización en Cisjordania a las buenas relaciones con Estados Unidos, es totalmente estúpido, pero es legí­timo», afirmó Beilin en la radio.

Citando a responsables israelí­es, el diario Haaretz afirma que Obama tiene la intención de dar a Netanyahu tras su discurso en el Cairo un plazo de cuatro a seis semanas para en primer lugar «actualizar» sus posiciones sobre la creación de un Estado palestino y la suerte de los asentamientos, y en segundo lugar presentar al emisario especial norteamericano George Mitchell un plan de acción para reactivar las negociaciones con los palestinos en los seis próximos meses.

La radio del ejército israelí­ lamentó por su parte que Obama no haya previsto una escala en Israel durante su breve viaje por la región.

El gran discurso de reconciliación dirigido a los musulmanes será aparentemente el punto culminante de la visita de Obama, quien llegó a Arabia Saudita este miércoles.