Los banqueros latinoamericnos defendieron la autorregulación para favorecer los flujos de capitales a la región y superar la falta de liquidez, en una asamblea en la que dijeron que la crisis financiera fue favorecida por fallas de entes reguladores y clasificadoras de riego.
Los miembros de la Federación Latinoamericana de Bancos, que culminaron su asamblea anual en Panamá el martes, rechazaron medidas proteccionistas y más regulaciones para encarar la crisis, y defendieron el libre flujo de capitales.
«La autorregulación es buena y estamos estudiando mejores prácticas de gobierno corporativo» de las empresas financieras, dijo el brasileño Ricardo Villela Marino, elegido nuevo presidente de la Federación para suceder al ecuatoriano Fernando Pozo.
«Debemos mejorar los estándares y prácticas de control y transparencia para trabajar en conjunto con los especialistas nacionales e internacionales de cada país», agregó Marino, presidente de Operaciones Latinoamericanas de Banco Itaú.
Los banqueros firmaron en Panamá una declaración que destaca que la crisis «no ha sido originada en Latinoamérica», donde los bancos se encuentran en una situación «sólida, líquida y solvente».
«Los resultados de cualquier acción de gobierno se lograrán con más eficiencia y rapidez en coordinación y consenso con los agentes privados», dice la declaración, que pide «apoyo» a gobiernos y organismos multilaterales para darle liquidez al sistema financiero.
Una autorregulación es necesaria, pero no debe ser «excesiva», para enfrentar la presente crisis y prevenir otras futuras, dijeron.
La Federación de Bancos, integrada por agrupaciones de entidades financieras de 19 países de la región, destacó casos exitosos de autorregulación en Chile, Colombia y Brasil.
Algunos gobernantes han atribuido la crisis a la falta de mayor regulación de los mercados y han advertido de la necesidad de aumentarla.
«Lo que ha pasado demuestra que hubo una falla de aplicación dogmática de la desregulación» de los mercados, afirmó recientemente la mandataria chilena Michelle Bachelet.
Para el flamante presidente de los banqueros latinoamericanos «se necesita regular, pero con prudencia y moderación para no inhibir las innovaciones financieras y no inhibir el flujo de capital».
«La regulación es necesaria creo que hay que hacerla lo más técnica posible y hacer la inclusión de la realidad de cada país y cada entorno», dijo Fernando Pozo, gerente general del Banco Pichincha de Ecuador.
Alberto Bernal, director de Estrategia Macroeconómica de BullTick Capital Markets LLC de Nueva York, pronosticó que en los próximos meses habrá una excesiva regulación en el sistema bancario.
Esto conllevará a «costos muy importantes porque cuando hay más regulación entonces tienes el problema de que hay menos innovación financiera», dijo.
«Se equivocaron los bancos, se sobre extendieron, hubo unas pérdidas muy grandes y el mundo va a pagar por esos costos, pero si no se arregla el problema entonces se acaba el crédito para las empresas sanas. O salvas el sistema o se colapsa la economía mundial», dijo Bernal.
Bernal advirtió que si se da una sobrerregulación, el costo social será muy grande porque las familias «no van a poder conseguir esa hipoteca» para comprar una vivienda.
Dijo que a que diferencia de la crisis de 1929, los políticos actuales sí han tomado medidas, aunque les pueda costar, en muchos casos, la carrera política.