Baño sagrado


Tradición. Peregrinos hindúes toman el

Millones de hindúes desafiaban hoy las bajas temperaturas en el norte de la India para participar en la peregrinación de Kumbh Mela, una de las mayores congregaciones religiosas del mundo consagrada a librarse de los pecados en el Ganges, su rí­o sagrado.


Hasta 50 millones de fieles emprenderán este peregrinaje de 45 dí­as, organizado cada seis años y que tiene como núcleo la ciudad santa de Allahabad, en el Estado de Uttar Pradesh, según las autoridades locales.

«Controlar a la multitud es nuestro principal objetivo, teniendo en cuenta que esperamos hasta diez millones de personas durante la jornada de hoy», el primer dí­a, declaró P. N. Mishra, encargado de la organización.

Alrededor de 2,5 millones de peregrinos habí­an llegado ya hoy por la mañana. «Estamos preparados para hacer frente a la mayor marea humana en el mundo», aseguró Mishra.

Más de 50 mil policí­as fueron desplegados en la ciudad para afrontar cualquier eventualidad, precisó el ministro del Interior, R.M. Srivastava, que no excluyó posibles atentados.

«Recibimos varias informaciones sobre posibles ataques terroristas y estamos en contacto permanente con el ejército y las agencias federales de inteligencia», agregó el ministro.

Las medidas de seguridad se reforzaron sobre el terreno y centenares de policí­as patrullan la zona ataviados de Sadhus, hombres santos de la religión hindú, según Srivastava.

Unas 62 mil tiendas de campaña fueron montadas para albergar a unos dos millones de hindúes que se mojarán en las frí­as aguas del Ganges para purificarse.

«El mercurio cayó 2,7 grados centí­grados ayer y las condiciones empeorarán», anunció un portavoz de la Oficina de Metereologí­a de Nueva Delhi.

Una congregación hindú aún mayor, el Maha Kumbh Mela, se organiza cada 12 años. Su última edición, en 2001, también en Allahabad, reunió a cien millones de fieles.

Congregados en la confluencia de los rí­os Ganges y Yamuna, los peregrinos descienden por los Ghats (pontones) para sumergirse en las aguas sagradas, una tradición ancestral para liberarse del ciclo de las reencarnaciones.

Según los mitos hindúes de la creación, los dioses y demonios se libraron a un combate feroz para apropiarse del «kumbh» (vasija) que contiene el néctar de la inmortalidad.

El dios hindú Vishnú se apoderó del recipiente, pero en su huida, cuatro gotas del preciado lí­quido se derramaron sobre la Tierra: en Prayag (Allahabad), Haridwar, Nasik y Ujjain, convertidas en ciudades santas.

El triunfo de los dioses en esa lucha encarnizada, que les permitió beber el néctar, es una de las escenas más ilustradas en la mitologí­a hindú.