Cuando faltan unos días para las elecciones en Grecia, los bancos centrales de Europa manifestaron su disposición a apoyar a las instituciones de crédito con la expectativa de evitar el pánico financiero.
Por aparte, el jefe del Banco Central Europeo exhortó a las naciones a que adopten medidas que estimulen el crecimiento económico, como una reducción de los controles a las empresas.
Por el momento, tienden a aumentar de magnitud los problemas de liquidez en Europa a causa de la crisis de la deuda.
Los gobiernos afrontan dificultades para pedir créditos; los bancos son cautelosos para prestarse unos a los otros o a sus clientes, y las personas retiran el dinero de sus cuentas bancarias en Grecia y España.
En tanto se aproxima la participación de las autoridades europeas en la cumbre del grupo de los 20 en México, donde afrontarán exigencias para desactivar la crisis, los jefes de los bancos centrales señalan que corresponde a los gobernantes encontrar una solución.
Mario Draghi, jefe del Banco Central Europeo, dijo el viernes que el banco central podría mantener su apoyo a los bancos sólidos si los resultados electorales del domingo apuntan hacia la salida de Grecia del euro y provocan pánico en los mercados financieros.
Sin embargo, lo que más necesita la zona del euro, dijo Draghi, es una unión fiscal y política más estrecha para el fortalecimiento de los sistemas bancarios en cada país.
Draghi y el banco central apoyan que los gobernantes asuman acciones más firmes a fin de impulsar la confianza y reducir las presiones al BCE para que éste adopte ulteriores medidas de emergencia.
Tales medidas podrían incluir una mayor reducción del costo de los créditos a los bancos o la compra pública directa de bonos del gobierno.
El jefe del BCE dijo que él y otras autoridades de la Unión Europea elaboran propuestas para reactivar la zona del euro y las examinarán en la cumbre de gobernantes de la UE prevista para fines de junio.
Esas propuestas podrían incluir una supervisión centralizada de los bancos y del gasto de cada país; medidas que estimulen el crecimiento, y algún sistema de crédito común que ayude a los países a no declarar una moratoria.
Sin embargo, cualquier programa de este tipo tardaría años para ponerse en marcha y posiblemente suscitará objeciones políticas.
En el ínterin, dijo Draghi, el BCE podría mantener su apoyo al sistema bancario mediante la concesión de créditos a los bancos solventes cuando sea necesario.