Indignación y malestar priva dentro de los cuentahabientes del Banco de Comercio (BC), que esta mañana abarrotaron las agencias de esta entidad bancaria, en la ciudad capital y en el interior del país, en busca de una respuesta clara a la suerte que correrán sus depósitos, tras el cierre de operaciones que el mismo banco habría solicitado a la Junta Monetaria.
eruiz@lahora.com.gt
Desde las primeras horas de este día, la Policía Nacional Civil (PNC) desplegó un plan de seguridad para proteger los edificios que albergan las agencias del BC a nivel nacional, ante la ira que podría desatar entre los cuentahabientes el cierre de las ventanillas y la incertidumbre sobre la recuperación de sus ahorros.
El representante titular del Congreso de la República, ante la Junta Monetaria, Eduardo Meyer, dijo a este vespertino que el cuerpo colegiado tomará una decisión en las próximas horas y llamó a la calma a los ahorrantes, toda vez que sus depósitos, afirmó que están asegurados, porque este problema es muy distinto al caso del Bancafé, que era el cuarto banco más grande del país.
Hugo Maul, analista económico y financiero, dijo que como ahorrante del BC «Â¡no me siento seguro!». Son muchos los errores y la turbulencia es muy grande. El país, se encuentra al filo de la navaja, ya que otros países latinoamericanos por problemas financieros de menor valía se encuentran atravesando grandes recesiones, agregó.
Con la certeza financiera que vive Guatemala y la credibilidad de sus autoridades en estos momentos es muy difícil pedirle calma a los ahorrantes, añadió, mientras que su colega, Edgar Alfredo Balsells, afirmó que nuevamente la Junta Monetaria acudirá a «Papá Estado» para solucionar la crisis, que tendrá repercusiones en la vía fiscal, en detrimento de todos los guatemaltecos.
Autoridades bancarias se quedaron de brazos cruzados
Eduardo Weymann, ex ministro de Finanzas, dijo que desde hace varios meses, las autoridades con el objeto de fortalecer el sistema financiero y bancario del país, debió adoptar tres medidas. Solicitar al Congreso una ampliación presupuestaria, financiada ya sea por depósitos del gobierno central o a través de una nueva emisión de bonos del tesoro con el objeto de recapitalizar el Fondo de Protección al Ahorro (FOPA).
Posteriormente, la Junta Monetaria debió haber incrementado la cuota que los bancos tienen que dar al FOPA, de acuerdo a la legislación aprobada en la administración anterior y asimismo, impulsar una campaña consistente en apoyo a la solidez del sistema bancario financiero privado.
«En mal momento se da esta situación del BC, porque sigue alimentando la percepción que no se trata de un problema focalizado, sino de un problema sistémico, es decir, generalizado», agregó el ex ministro de Finanzas Públicas.
¿Cómo financiar el FOPA?
Por su parte, el diputado Mariano Rayo, presidente de la Comisión de Economía, dijo que para capitalizar al FOPA inmediatamente y de manera temporal es posible a través de la emisión Bonos del Tesoro y/o Letras de Tesorería.
Existen otras opciones, aunque más lentas, como reasignar un préstamo de US$200 millones en trámite, desde luego con la anuencia de los bancos multilaterales y la aprobación del Congreso, o bien, gestionar para el efecto una línea de crédito específica, señaló.
Según explicó el diputado Rayo, antes de la quiebra del Bancafé, el monto del FOPA ascendía a Q1,800 millones, actualmente cuenta con Q50 millones.
Autoridades del banco de nuevo al Congreso
Las autoridades del Banco de Guatemala (BANGUAT), encabezada por su presidenta, María Antonieta de Bonilla y el superintendente de Bancos, Willy Zapata, nuevamente deberán acudir a la bancada del Frente Republicano (FRG), donde tendrán explicar el miércoles de la semana entrante, la supuesta solicitud de cierre de operaciones que el Banco de Comercio (BC) habría hecho a la Superintendencia de Bancos.
El diputado Arístides Crespo Villegas, jefe de la bancada eferregista, afirmó a este vespertino que las autoridades deben explicar el problema suscitado, porque se teme que el cierre del BC vaya a crear una catástrofe y una reacción en cadena con los demás bancos, principalmente pequeños, sumado a la psicosis que generó entre la población guatemalteca, la escasez de billetes que hizo crisis en plenas fiestas de fin de año.