El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, intentaba hoy en Nairobi presionar a los dirigentes kenianos para que saquen a Kenia de una crisis que continúa ensangrentando el oeste del país, donde unas 50 casas fueron quemadas durante la noche.
Tras varias tentativas de mediación internacional fallidas, Ban Ki-moon llegó hoy a Nairobi para intentar encontrar una solución a la grave crisis en que Kenia está sumida desde la reelección el 27 de diciembre del presidente Mwai Kibaki, impugnada por el líder opositor Raila Odinga.
En la mañana de hoy Ban se reunió en un hotel de la ciudad con Odinga y con su predecesor en la ONU, Kofi Annan, al que la Unión Africana (UA) nombró como mediador en la crisis.
«Mi mensaje al gobierno y al pueblo de Kenia es que hay que poner fin a esta violencia y resolver todas estas cuestiones (…) a través del diálogo de forma pacífica», afirmó Ban en una declaración a la prensa en presencia de representantes del gobierno y la oposición kenianos.
Ban Ki-moon llegó a Nairobi procedente de Addis Abeba, donde ayer había participado en la apertura de una cumbre de la UA dedicada en gran medida a la crisis en Kenia, uno de los países de ífrica considerados más estables hasta hace poco más de un mes.
Al menos ocho personas murieron, diez fueron heridas y numerosas casas fueron incendiadas hoy en nuevos enfrentamientos entre etnias rivales en el oeste de Kenia, informó la policía.
«Ocho personas murieron en los enfrentamientos en el distrito de Nyamira», en la provincia de Nyanza, precisó en Nairobi un oficial de policía que pidió el anonimato.
Las víctimas fueron asesinadas con machetes o flechas, precisó la misma fuente.
La ola de violencia político-étnica desatada tras la elección presidencial del 27 de diciembre, amañada según la oposición, ha dejado un balance de cerca de mil muertos y entre 250 mil y 300 mil desplazados.