El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, presentó este jueves planes para reconfigurar la misión de Naciones Unidas en Kosovo, incluyendo una transferencia de muchas de sus responsabilidades a la Unión Europea.
«Es mi intención ajustar los aspectos operativos de la presencia civil internacional en Kosovo», señaló Ban en un informe sobre las actividades de la misión de la ONU en Kosovo (UNMIK), y citó la necesidad de «un ajuste práctico a la estructura y el perfil de la UNMIK».
«La Unión Europea asumirá, progresivamente, mayores responsabilidades operativas en los ámbitos de la policía y la justicia internacionales, así como en las aduanas, en todo el territorio de Kosovo», agregó.
La ONU garantizará las tareas de «supervisión y control», de «facilitación de los arreglos por los cuales Kosovo toma parte en los acuerdos internacionales», y de «facilitación del diálogo entre Prístina y Belgrado sobre las cuestiones de interés común», según el informe.
«A menos que el Consejo de Seguridad decida otra cosa, la resolución 1244 seguirá siendo el marco legal del mandato de la ONU» en Kosovo, «cuya puesta en práctica dependerá de la evolución de las circunstancias», destaca Ban.
En consecuencia, «la Unión Europea asumirá un creciente papel en el ámbito del estado de derecho, en el marco de la 1244 y bajo la autoridad global de las Naciones Unidas», añade el informe.
La resolución 1244, aprobada en junio de 1999 al final de la guerra entre tropas serbias y la guerrilla independentista albanokosovar, otorgaba a Kosovo una autonomía sustancial bajo soberanía serbia y le daba a la MINUK el mandato de administrar el territorio con la ayuda de la OTAN. No se pronunciaba sobre el estatuto futuro de Kosovo.
Serbia, ferozmente opuesta a la independencia de su provincia, proclamada unilateralmente el 17 de febrero, y su aliada Rusia, afirman que la proclamación de independencia viola la resolución 1244 y los principios de la Carta de las Naciones Unidas sobre la integridad territorial de los Estados.