El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se entrevistó hoy con el jefe de la Iglesia cristiana más poderosa de Líbano, en el segundo día de una misión destinada a encontrar una salida a la grave crisis política que bloquea la elección presidencial.
Ban Ki-moon «aportó su apoyo» a los esfuerzos del patriarca de la Iglesia maronita, Nasrallah Sfeir, para buscar una salida a la situación, indicó a la AFP una fuente del patriarcado, agregando que el encuentro duró media hora.
El secretario general de la ONU hablará nuevamente con los principales dirigentes políticos, un día después de sus conversaciones con el sector de la mayoría parlamentaria antisiria, incluyendo a su jefe, Saad Hariri, y al primer ministro, Fuad Siniora, así como con el jefe del Parlamento, Nabih Berri, un líder de la oposición apoyada por Siria.
Los dos sectores no han logrado ponerse de acuerdo sobre el sucesor –que debe ser elegido por el Parlamento– del presidente saliente, el pro sirio Emile Lahud, cuyo mandato termina el 24 de noviembre. La sesión del Parlamento, que fue postergada en tres oportunidades, fue fijada para el miércoles 21 de noviembre.
El patriarca maronita, una comunidad de la que, según la tradición, sale el jefe del Estado, parece imprescindible en las difíciles negociaciones para tratar de resolver la grave crisis que amenaza la estabilidad del país, debido al abismo que separa a las posiciones de la mayoría y la oposición.
Se pidió a monseñor Sfeir que suministrase una lista de los candidatos potenciales para la elección presidencial, que luego será presentada a Berri y Hariri.
Según la prensa libanesa, esta lista podría incluir a los dos candidatos de la mayoría, el ex parlamentario Nassib Lahud y el diputado Butros Harb, así como a Michel Aun, un líder cristiano de oposición, además de algunos «independientes».
El movimiento chiita Hezbollah, que dirige la oposición, anunció que transmitió al patriarca y a un emisario francés el nombre de su candidato, sin divulgarlo. Según el diario Al Akhbar, vinculado a la oposición, se trata de Michel Aun.
Ban Ki-moon afirmó a su llegada a Beirut que es «imperativo que el Parlamento se reúna en los plazos previstos por la Constitución y sin injerencia extranjera» para elegir un presidente que «sea aceptado por todos los libaneses».
De acuerdo con Al Akhbar, las reuniones de Ban «no aportaron nada nuevo» y «las probabilidades de llegar a un compromiso son menores» que antes.
Siria, la antigua potencia de tutela, que todavía tiene varios aliados en Líbano, es acusada por la mayoría de querer imponer un presidente que le sea leal. Por su parte, la oposición acusa a la mayoría de querer elegir un presidente pro estadounidense.
Según una fuente gubernamental, el secretario general de la Liga Arabe, Amer Mussa, informó por teléfono a Siniora sobre su conversación del jueves con el presidente sirio Bachar al Assad, calificada de «positiva» para Líbano.
Al aproximarse la fecha límite, la comunidad internacional ejerce presiones para tratar de impedir que Líbano, desgarrado por una guerra civil de 1975 a 1990, se hunda en el caos.