Roxana Baldetti, vicepresidenta de Guatemala, se refirió hoy a la reforma del Estado que busca impulsar el gobierno de Otto Pérez Molina, donde destacó que de continuar como hasta ahora, se haría más de lo mismo.

Baldetti señaló que, ahora que como binomio presidencial ejercen el mandato del pueblo guatemalteco, sería cómodo quedarse sin hacer nada al respecto de las reformas, pero que no es lo que ella quiere recordar que hizo durante su periodo como vicemandataria.

De esa cuenta, la funcionaria agregó que, en cuatro meses de administrar el gobierno, la conclusión es que «(con) el Estado como está, solo se puede hacer más de lo mismo», en referencia a la reforma estatal y política que el gobierno busca promover.

“Para hacer lo que los guatemaltecos necesitan”, según la vicegobernante, “hay que hacer una reforma del Estado”, pues según indicó, “no podemos permitir que sigan habiendo funcionarios que se elijan en el Congreso y que después le deban el favor a los diputados”, sin referirse a alguien específicamente.

Baldetti interpreta el voto de la población como una demanda de funcionarios responsables, y la responsabilidad que les correspondería al mandatario y a ella, según indicó, es hacer cambios estructurales, sobre todo en el tema de la justicia, del cual dijo que es frustrante cómo se desarrolla el país.

POSTURA CAMPESINA

Daniel Pascual, del Comité de Unidad Campesina (CUC), dijo que la actual Constitución tiene raíces del periodo colonial, además de haberse redactado “cuando el país estaba en pleno proceso de insurgencia”.

Según el dirigente campesino, “el contexto donde ha estado enmarcada la Constitución, nunca ha sido a favor de los pueblos indígenas (…) es monolingüe y monocultural, donde no se reconocen los derechos de los pueblos originarios”.

De esa cuenta, Pascual concluyó que la actual Carta Magna tiene un alto componente de racismo y discriminación, que derivaría en toda la legislación guatemalteca.

Otro de los aspectos que el activista considera que no están a favor de los pueblos indígenas es el modelo de desarrollo del país, el cual califica de “concentrador de la riqueza”, avalado supuestamente por la Constitución.

“Normalmente, cuando hacemos nuestras demandas, siempre vamos a chocar en ese muro de leyes obsoletas y que no toman en cuenta la diversidad del país”, agregó.

El dirigente señaló que desde la perspectiva del sector del que es parte, “son incoherentes o muy reducidas las reformas a la Constitución”, pues serían “parches” o “seguir acomodándola a favor de un partido, clase social o modelo económico”.

Para la situación que vive el país, Pascual concluye que tendría que llamarse a una Asamblea Nacional Constituyente, “donde se permita la participación de la población indígena” y de esa cuenta, “tener una Constitución actualizada”.