Costa Rica continúa apostando a conservar las relaciones diplomáticas con Taiwan y no prevé cambios en ese sentido, aunque no descarta el desarrollo de intensas relaciones comerciales con China, aseguraron fuentes empresariales y de gobierno.
«No hay ningún quebranto entre Costa Rica y Taiwan, la relación entre los dos países es excelente», aseguró el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Stagno, desmintiendo versiones de un supuesto enfriamiento diplomático.
Las dudas sobre la relación bilateral surgieron luego de que en mayo pasado, durante la asamblea general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Ginebra, Costa Rica se unió a un bloque de 148 países que rechazaron un intento de Taiwan de ingresar como miembro pleno al organismo.
Stagno afirmó que el voto de Costa Rica fue consecuente con la estrategia que se ha utilizado todos los años, desde 1993, para apoyar las aspiraciones de Taiwan, incluso en las asambleas generales de la ONU en Nueva York, «pero (en este caso) se dio un cambio de estrategia sin que se nos avisara oportunamente».
Agregó que haber votado en favor de las pretensiones taiwanesas implicaba «votar en contra de la agenda sustantiva de la OMS, y no nos pareció que fuera esa la señal correcta», pero el apoyo a las aspiraciones de Taipei se mantiene intacto.
Por su parte, el consultor en comercio internacional de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (CRECEX), Rafael Ramírez, estimó que las relaciones con Taiwan son estratégicas para Costa Rica y no se debe modificar el estado actual de las mismas.
«Es cierto que el mercado de China es importante y prometedor, pero se han creado muchas falsas expectativas», declaró el experto.
«Lo primero que debemos hacer es investigar el mercado chino para saber qué nos conviene. En este momento no manejamos el idioma, no conocemos las preferencias de consumo, no estamos familiarizados con la cultura china», afirmó.
Además, para un país con poco más de 4 millones de habitantes, como Costa Rica, existe un «problema de escala» para exportar a un mercado gigante como el de China, pues no es fácil satisfacer los volúmenes que generalmente reclaman los importadores, señaló.
Actualmente, en el orden de los países individuales, China es el segundo cliente de Costa Rica, con importaciones por 1.802 millones de dólares en el 2006.
Sin embargo, esas exportaciones corresponden en un 94% (1.017 millones de dólares) a la transnacional estadounidense Intel, que opera en este país centroamericano una de sus plantas de equipos electrónicos.
Adicionalmente, otras dos empresas norteamericanas exportan 3,4% del total, quedando a las empresas costarricenses un pequeño porcentaje que equivale aproximadamente a unos 29 millones de dólares.
«Si lo comparamos con las exportaciones que empresas costarricenses hacen a Taiwan, que son como 100 millones de dólares, este mercado es mucho más significativo para nosotros», acotó Ramírez.
El experto estimó que el gobierno debería ver a Taiwan como una «cabeza de playa» para ingresar a China y al mercado asiático en general, y consecuentemente, estrechar aún más las relaciones económicas con ese país, que Pekín considera una provincia rebelde.
Una medida importante, «sería negociar un tratado de libre comercio, como han hecho ya el resto de países centroamericanos, en los que el impacto positivo en el intercambio con Taiwan ha sido sensible», señaló Ramírez.
Por el momento, Costa Rica se encuentra en el camino de celebrar un referendum para aprobar o desechar un tratado de libre comercio con Estados Unidos, al tiempo que ha dado los pasos iniciales -junto al resto de naciones centroamericanas- para negociar un acuerdo de asociación con la Unión Europea, que incluye un TLC y un programa de cooperación biregional.
Mientras estos procesos se resuelven, es difícil que se inicien negociaciones para nuevos tratados comerciales, según fuentes oficiales.