Balance de gobierno



El presidente de México, el derechista Felipe Calderón, deberá presentar este fin de semana el balance de sus nueve primeros meses de gobierno en dos actos al tener que renunciar a su discurso en la Cámara de Diputados para evitar al boicot de la oposición de izquierda.

Ante las amenazas de impedirle el acceso a la tribuna de la Cámara Baja por parte de los legisladores de la izquierda (segunda fuerza), que no reconocen su victoria electoral, conseguida según ellos mediante un fraude, Calderón decidió que ofrecerá su discurso en el Palacio Nacional (Ejecutivo).

Lo hará el domingo en un acto público contra la tradición de hacerlo el 1 de septiembre, cuando se reinicia el perí­odo de sesiones parlamentarias en la sede legislativa a continuación del acto formal de entrega del informe escrito, al que le obliga la Constitución.

Calderón dará su discurso el domingo «una vez cumplido el compromiso constitucional» de entregar por escrito un dí­a antes el informe en el Congreso «y con el objetivo de responder al interés de la sociedad mexicana», según un comunicado de la Presidencia.

De este modo trata de evitar incidentes como los que sufrió el año pasado su antecesor y correligionario, Vicente Fox, quien tuvo que entregar su último informe escrito en el vestí­bulo de la Cámara ante la ocupación de la tribuna por parte de los legisladores de la izquierda, que lo acusaban de interferir en el proceso electoral.

Fox tuvo entonces que improvisar un mensaje televisado para reivindicar los logros de sus seis años de gobierno.

Sin embargo, no está claro si Calderón podrá acceder al salón de plenos de la Cámara para entregar su balance, ya que diputados del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) y del gobernante Acción Nacional (PAN, derecha), las dos principales fuerzas parlamentarias negociaban el desarrollo de la ceremonia, hasta ahora sin resultados.

Además, el traslado del discurso al Palacio Nacional, puede provocar incidentes en las calles con los seguidores del ex candidato del PDR Andrés Manuel López Obrador, al que proclamaron «presidente legí­timo» por considerarlo el ganador de los comicios, a pesar de que el resultado oficial le dio una desventaja de apenas el 0,56% de los votos.

Tras renunciar a manifestarse ante la Cámara de Diputados como en 2006, los manifestantes decidieron instalar un campamento durante todo el mes de septiembre en la plaza central de la capital mexicana, el Zócalo, justo enfrente del Palacio Nacional.

Calderón, quien asumió el 1 de diciembre, trató hace unas semanas de transformar en un debate con los legisladores el unánimemente criticado formato del Informe Presidencial, convertido en tiempos del Partido Revolucionario Institucional (gobierno desde 1929 a 2000) en un acto de exaltación al mandatario de turno.

Pero la oposición criticó que hubiese esperado ocho meses para hacer esa propuesta y pretendiese modificarla con prisas y sin apenas discusión.

La estrategia a seguir ante el informe presidencia amenaza incluso con provocar un cisma en el PRD.

Hace dos semanas, en su Congreso Extraordinario, se enfrentaron los partidarios de admitir la posibilidad en el futuro de debatir con Calderón con los más radicales seguidores de López Obrador, que rechazan cualquier admisión implí­cita de su legimitidad.