Dr. Isaías Ponciano Gómez
Vicepresidente del Colegio de Médicos y Cirujanos
La salud es el sector donde la equidad social y económica tiene una manifestación más extrema, se refiere al derecho a la vida. Por su importancia, hoy analizamos el contenido de la propuesta que en esa materia pretenden impulsar la Unidad Nacional de la Esperanza, UNE y el Partido Patriota, PP, de llegar a gobernar el país el 14 de enero próximo.
UNE, muchas interrogantes sin respuesta
La UNE promete garantizar una atención médica gratuita y universal priorizando a los grupos poblacionales de riesgo, enfatizando en la promoción y prevención de la salud en el primer nivel de atención sin descuidar el segundo y tercer nivel. Sin embargo, más allá de la retórica y a pesar de que su binomio presidencial está integrado por un eminente especialista, dentro de la exposición de su programa el tema de salud, ocupa solo un par de páginas dejando demasiadas interrogantes sin respuesta.
Aceptando que el primer nivel de atención es el que merece los mayores esfuerzos, porque es donde se resuelven los problemas cotidianos, donde se realizan las acciones preventivas y es puerta de entrada a los niveles de mayor complejidad del sistema, ¿cómo es que se va a garantizar la universalidad? Hace diez años que existe el programa de extensión de cobertura, sin embargo, hay un quinto de la población, más de dos millones de guatemaltecos sin ningún tipo de acceso al sistema de salud. ¿Cuánta infraestructura en puestos y centros de salud; equipamiento y personal profesional y técnico hace falta para alcanzar una cobertura total? El SIAS ya ha demostrado que no es el medio idóneo y que la asociación con entidades privadas, entre otras cosas por su dependencia del apoyo solidario de la brigada de médicos cubanos, no llega a los lugares más recónditos del país. Pero, además ¿Se piensa evaluar el SIAS como exigen lo Acuerdos de Paz? ¿Se va a continuar con un sistema de atención discriminatorio para la pobreza en cuanto a cantidad y calidad de los servicios?
Es muy loable que no se descuide el mantenimiento de los hospitales, pero siendo prioritarios los primeros niveles de atención, es lógico pensar que la mayor inversión debe dedicarse a universalizar los servicios primarios, invirtiendo la proporción actual del 50% del consumo del gasto por el nivel hospitalario y menos del 19% por el nivel primario. Nada de eso aparece en el programa de la UNE y por el contrario se propone la construcción de otros cuatro hospitales en la región metropolitana, financiados con deuda pública.
La UNE propone que para el final de su mandato el MSPAS dispondrá del 2.7% del PIB, pero en el marco de la iniciativa del Plan Visión de País, poniendo en manos de la iniciativa privada el control de los hospitales públicos y la conducción de la salud pública a cargo de un Consejo Nacional de Salud integrado por el CACIF, los financistas de seguros y sanatorios privados; ignorando que la teoría de mercado podrá ser utilizada para los autos y los jabones, pero no para la salud, la salud no es una mercancía.
PP, Privatización de la salud pública
El Partido Patriota con el pomposo apelativo de refundación se propone reorganizar un sistema que considera agotado, pero manteniendo la estructura y principios actuales. Apegado a las leyes del mercado y a la subsidiariedad del Estado, promueve un mejor aprovechamiento de los recursos de la inversión nacional e internacional. La reingeniería que, por supuesto con mano dura y capacidad, se propone realizar, no es otra cosa que la coordinación de financistas y empresarios privados implícita en el Plan Visión de País, que conduce a la completa privatización de la salud pública y del cual se manifiesta caluroso impulsor. Dentro de este plan de coordinación entre el Ministerio de Salud Pública (MSPAS) y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) se hará según las reglas del mercado y, obviamente, no se pone énfasis en un mayor financiamiento del sector público.
Pero la puesta de la salud en manos del mercado no explica cómo realizará su compromiso de garantizar la prestación de servicios gratuitos a todos aquellos que la situación precaria de sus ingresos no les permite pagar parte o la totalidad de los servicios de salud. No se indica cómo, a partir de una mayor coordinación de los servicios privados, se alcanzará una cobertura universal.
La priorización de la atención primaria, la orientación preventiva del sistema, según los patriotas depende de la responsabilidad individual, el auto-cuidado de la salud, en la educación, en estilos de vida saludables, hábitos alimenticios y nutricionales, el saneamiento ambiental y la participación de la comunidad. Para colmo y como hasta ahora, toda esta retórica viene empaquetada como principios de equidad y calidad del sistema.
Para el Patriota la desnutrición no está vinculada con la producción y distribución de alimentos, es causada por la falta de recursos económicos para adquirirlos, así como los estilos de vida de la población. Por lo tanto, fortalecerá el Sistema Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SINASAN), con el fin de contribuir a la disponibilidad de alimentos, desarrollar las capacidades de la población para decidir sobre la selección, conservación, creará y fomentará la entrega de un paquete de servicios básicos de salud y educación alimentaria y nutricional.