Dueños de negocios y vendedores coincidieron en que las ventas que se esperaban en estas fiestas navideñas no fueron del todo satisfactorias, ellos atribuyen las bajas ventas a los bajos salarios que actualmente tienen los guatemaltecos.
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Uno de los mayores sectores que se vieron afectados fue el de los vendedores de la sexta avenida de la zona 1, en donde señalaron que las ventas no fueron las mejores ni llegaron a ser como las de años anteriores.
Este es el sector en el que cada año se registra la actividad comercial más grande del país, en donde convergen más de dos millones de personas, que buscan en ese lugar artículos, ropa, accesorios, por lo que los movimientos mercantiles que se realizan en ese punto representan el 40% en esta época.
Sin embargo, economistas manifiestan que el salario mínimo no pudo ser una de las principales causas para que los comercios y negocios no aumentaran sus ventas como esperaran sino que, por el contrario, los guatemaltecos prefirieron ahorrar sus pocos centavos en prioridades como: Educación, pago de deudas o ahorrar el dinero para emergencias.
Pablo Urrutia, economista, añadió que esta es una repercusión debido a que el salario mínimo, de alguna manera, afecta la canasta básica de los guatemaltecos, quienes además no tienen capacidad de poder adquirir bienes extraordinarios, máxime en estas pasadas fiestas navideñas.
El salario mínimo todavía sigue siendo uno de los temas que se espera sea aprobado en los próximos cinco días y que el Presidente tome la decisión sobre la remuneración mínima y que cobre vigor el próximo 1 de enero del 2008.
El presidente í“scar Berger informará sobre la reunión con su Gabinete, con el cual analizará la fijación del salario mínimo. Actualmente, esa remuneración para labores agrícolas está en Q44.58 diarios y en Q45.82 para el resto de actividades. Esta cantidad fue el resultado de aplicar un aumento de cinco por ciento al salario del 2006.
Durante los últimos cuatro años, el Ejecutivo ha tenido que decidir el pago mínimo, debido a la falta de consensos entre trabajadores y patronos.
Carla Caballeros, directora ejecutiva de la Comisión de Vestuario y Textiles de Guatemala (Vestex), consideró que un aumento por decreto de siete por ciento «sería fatal» para el sector de la maquila.
«Tan sólo en este año ha habido una pérdida de 14 mil empleos. Hay que ser muy cuidadosos al aumentar el salario, para no desequilibrar la inversión», agregó.
Tan sólo el presente año ese sector reportó la pérdida de 10 mil 842 empleos, por el cierre de 35 fábricas de ropa, ante la competencia de los países asiáticos, un tipo de cambio «inamovible» y altos costos de energía eléctrica.
Las posturas
En todo caso, Carlos Arias, representante del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif), explicó que la parte patronal aboga por el incremento a los salarios sólo por productividad o bien, en la medida del aporte adicional de cada trabajador a la producción total de la empresa.
De otorgarse un incremento por decreto, el sector privado teme que muchas empresas, principalmente medianas y pequeñas, no puedan pagarlo, obligándoles a prescindir de los servicios de algunos de sus empleados para cumplir con el resto.
Rigoberto Dueñas, representante de la Central General de Trabajadores de Guatemala (CGTG), recomienda al Ejecutivo aumentar la paga mínima en 40 por ciento, dado los incrementos rampantes en el costo de la vida durante el último año.