Bachelet sale ilesa de su primer desastre


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La presidenta chilena, Michelle Bachelet, salió políticamente ilesa del movimiento telúrico que asoló el martes el norte de Chile, eclipsando los fantasmas de los errores cometidos en la gestión del terremoto de 2010 que dejó 547 muertos, durante su primer gobierno.

Por Mauricio Weibel (dpa), Santiago de Chile, Agencia dpa

«Los seres humanos aprendemos lecciones», admitió directamente el ministro de Defensa, el demócrata cristiano Jorge Burgos, quien valoró además el despliegue inmediato de las fuerzas armadas.

En 2010, en medio de errores en la traducción de alertas emitidas desde Estados Unidos, el gobierno descartó la amenaza de un tsunami cuando olas de hasta 30 metros entraban en las costas del país.

Además, las fuerzas armadas tardaron entonces 36 horas en llegar a las áreas afectadas por la catástrofe en el sur del país, que se vio azotado por saqueos e ingobernabilidad, en especial en sus puertos.

«Los niveles de coordinación de las Fuerzas Armadas y el Estado Mayor Conjunto con este ministro han sido de buen nivel ahora», dijo Burgos, tras la movilización inmediata de apoyo de aviones, camiones y buques militares.

Bachelet, quien tuvo que declarar hasta ocho horas seguidas ante la Justicia tras el terremoto de 2010, evitó esta vez sobreexponerse ante los medios como sucedió en 2010, cuando hasta sus discusiones con los ministros y jefes militares se televisaron en vivo.

La mandataria, que en su primera gestión (2006-2010) enfrentó terremotos, maremotos y erupciones volcánicas, concentró en esta ocasión su intervención en calmar a la ciudadanía y definir la ayuda, antes de viajar al norte de Chile.

En el norte, mostrando control de la crisis, Bachelet encabezó junto a sus ministros una reunión del comité de emergencia de la ciudad de Iquique, epicentro del sismo de magnitud 8,2 en la escala de Richter de este martes.

La oposición de derecha, que alentó en su gobierno juicios contra los asesores de Bachelet, evitó ahora hacer críticas, desde la oposición.

De hecho, durante el gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014) la Justicia procesó a varios funcionarios de alto nivel del gobierno de Bachelet, entre ellos el viceministro de Interior, Patricio Rosende y la jefa de la Oficina Nacional de Emergencias, Carmen Fernández.

Ambos fueron imputados por las muertes de cientos de personas, debido a que avisaron erróneamente que no había un tsunami avanzando sobre las costas chilenas.

Pese a la campaña política desde el antiguo gobierno de derecha y los juicios, Bachelet arrasó en las últimas elecciones presidenciales, obteniendo incluso más de un 60 por ciento de los votos en las zonas más dañadas por la tragedia de 2010.

«Todo Chile aprendió la lección», concluyó el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, en alusión a los 900.000 chilenos que abandonaron sus viviendas tras el terremoto, a diferencia de lo sucedido en 2010, cuando la gente se mantuvo en sus casas, aceptando las certezas del antiguo gobierno de Bachelet.