«Creemos que la naturaleza profunda del régimen republicano es integrar a todos los ciudadanos en un diálogo constructivo», señaló como introducción la presidenta de la Federación de Asociaciones Chilenas en Francia (FEDACH), Maruja Parra.
El encuentro se había iniciado en un ambiente tenso por las estrictas medidas de seguridad para acceder al salón donde se celebraba el encuentro, y la doble verificación de invitaciones nominales distribuidas por el consulado chileno en París.
Dos representantes de una organización de solidaridad con los mapuches fueron impedidos de entrar en un primer momento, por llevar camisetas con lemas alusivos a la lucha por sus derechos de este pueblo.
«Todos sin discriminación, debemos tener la facultad de participar en las decisiones fundamentales que se tomen en nuestro país», agregó Parra, en la sala del Hotel Intercontinental.
Y recordando el compromiso de la jefa del Estado chileno cuando era candidata, manifestó: «Todos los chilenos del exterior la apoyamos en su compromiso de obtener para nosotros el derecho a voto».
La comunidad chilena en Francia, integrada actualmente por unas 15.000 personas, se desarrolló principalmente a partir de 1973, con la llegada de exiliados de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
«Pensamos que la solidaridad no puede remplazar la garantía por el Estado de los derechos básicos de los chilenos», continuó Parra, la dirigenta antes de enumerar la educación libre, la salud de calidad, el trabajo estable y bien remunerado, un modelo económico en que la riqueza sea repartida con justicia y equidad».
En este mismo sentido, le pidió a la presidenta Bachelet actuar para terminar con una legalidad heredada de la dictadura, en particular la Ley antiterrorista, aplicada esencialmente contra los militantes mapuches, así como la ley de Amnistía que liberó de cargos a buena parte de los responsables de crímenes durante la dictadura.
Recordándole el significado que tenía en la historia de Chile de ser la primera mujer elegida presidente, la presidenta de las asociaciones chilenas en Francia señaló a Bachelet la posibilidad de una razón suplementaria para pasar a la historia.
«Ser aquella Jefa del Estado que cierre definitivamente las páginas negras de la dictadura y grises de la transición, para dar lugar a un Chile plena y realmente democrático», insistió.