La presidenta chilena, Michelle Bachelet, envió hoy al Congreso para su aprobación un proyecto de ley que acaba con el sistema electoral heredado de la dictadura militar del general Augusto Pinochet, que históricamente impidió la representación proporcional.
«Es parte de un profundo compromiso que como Nueva Mayoría adquirimos con los chilenos y es un anhelo que esperó más de 20 años en concretarse», dijo la mandataria socialista en el palacio presidencial de La Moneda.
La iniciativa, resistida por sectores de la minoría de derecha en el Parlamento, eleva el número de parlamentarios, introduce criterios de representación proporcional y favorece la equidad de género, obligando a los partidos a presentar un 40 por ciento de candidatas.
«El actual sistema binominal es una espina clavada en el centro de nuestra democracia, es un sistema que debe la vida a la dictadura y que se perpetúa con la exclusión», justificó Bachelet.
De hecho, el actual sistema electoral chileno impide la representación proporcional y da una representación mayor a zonas de baja población que tradicionalmente fueron de derecha.
Por ejemplo, Santiago, con cuatro millones de electores, elige cuatro senadores, frente a los dos que posee la región de Aysén, con 80.000 votantes.
A ello se suma que en cada distrito hoy son elegidos dos representantes. Para que una coalición obtenga ambos escaños debe doblar a la que le antecede.
«Chile tiene una diversidad que tiene que verse reflejada en el Parlamento y con el binominal es imposible, porque es una camisa de fuerza en que la mayoría vale lo mismo que la minoría», comentó el presidente de la Democracia Cristiana, el senador Ignacio Walker.
«Es un proyecto transformador que permite, después de 25 años de un sistema electoral que le ha hecho mucho daño a la democracia, pasar a un sistema proporcional, que en definitiva le va a dar espacio y cabida a todas las ideas en el país”, agregó el ministro del Interior, Rodrigo Peñaililo.
La propuesta, bloqueada por décadas por la derecha, requiere de una mayoría de 72 de los 120 diputados y de 23 de los 38 senadores para ser aprobada.
El envío del proyecto al Congreso, parte de las promesas de campaña de Bachelet, ocurrió sólo un día después de que el Senado aprobara una reforma que otorgó derecho a voto a los chilenos que residen en el exterior, unas 850.000 personas.
En principio, como han mostrado otras votaciones estos días, el gobierno cuenta con los votos necesarios para aprobar la reforma del sistema electoral gracias a alianzas con independientes y sectores liberales de la oposición de derecha.