El presidente Barack Obama reconoció que la situación económica en Europa pudiera afectar sus probabilidades de ser reelegido en noviembre.
Antes de partir de la Cumbre económica del Grupo de los 20 en México, Obama expresó su confianza en la capacidad de Europa de resolver su crisis financiera. Agregó sentirse esperanzado de que los votantes convalidarán sus aspiraciones en noviembre si se centra en fortalecer las economías de Estados Unidos y el mundo y crear más empleos en su tierra.
«He dicho de forma consecuente que si tomamos las medidas acertadas, si hacemos lo que corresponde, la política correcta vendrá en consecuencia, y no he cambiado de parecer», insistió el mandatario en una conferencia de prensa dada ayer en este balneario en su último viaje por el extranjero antes de los comicios de noviembre.
El Presidente regresó a Washington a primeras horas de mañana, donde le aguardan una dura campaña para su reelección y una economía precaria.
Obama dijo que se siente animado ante la posibilidad de que los dirigentes europeos comprenden la gravedad de los problemas económicos que atraviesa el Viejo Continente y trabajan unidos para solucionarlos.
«Incluso si no pueden lograr todo ello en un solo golpe, creo que si la gente sabe a dónde va, podrán generar confianza y superar el mal», dijo Obama.
Ante una difícil campaña electoral, Obama reconoció que no podía controlar el ritmo de las cuestiones en Europa pese a las repercusiones en la crisis de la deuda soberana del continente que podrían tener en la economía de Estados Unidos y sus posibilidades de un nuevo mandato. La economía estadounidense está sometida a una lenta recuperación entre indicios contradictorios en la contratación laboral e indicios de una posible repercusión del mercado de la vivienda. Esas indicaciones han dificultado las posibilidades de Obama de lograr un segundo mandato frente al aspirante republicano Mitt Romney que ha centrado su campaña en el estado de la economía.
Enfrentando sus propios problemas económicos en estados Unidos, Obama dijo que si Estados Unidos da los «pasos apropiados» y hace lo que tiene que hacer, «entonces la política seguirá el paso».
Dijo que el Congreso tiene que concentrarse en propuestas que estimulen la creación de empleos y el crecimiento económico. El Presidente ha presionado a los republicanos en la Cámara Baja para que respalden una agenda de empleos que no ha progresado hasta ahora en el Congreso.
Agregó que los problemas económicos de Europa no serán resueltos por el G-20, ni por Estados Unidos, sino por las naciones europeas, e indicó que Estados Unidos no ofrecerá ninguna promesa financiera a sus socios internacionales.