Pese a la disminución en la producción de varios ingenios debido a pérdidas por inundaciones y exceso de humedad, los principales distribuidores de azúcar del país indicaron que no habrá escasez del edulcorante para el 2011, garantizando que tampoco habrá ajuste en el precio; estiman un crecimiento en el consumo hasta de un 3%.
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Pedro Cofiño, gerente de comercialización de Artículos de Consumo (distribuidores de Azúcar Caña Real), indicó que todos los años se les hace un requerimiento a los propietarios de los ingenios productores de azúcar.
Indicó que la producción de los ingenios puede variar, sin embargo siempre se pide un volumen determinado basado en un crecimiento estimado en el consumo del edulcorante para cada año.
«Para el 2011 se estima un crecimiento entre un 2 y un 3 por ciento sobre lo consumido en el país durante el 2009», informó.
Según Cofiño, el incremento va de la mano con el crecimiento demográfico del país «ya que el azúcar es un producto que es sumamente maduro, no es como un producto tecnológico que su precio crece exponencialmente, forma parte del consumo principal de la población».
El Gerente de Artículos de Consumo garantizó que para el 2011 habrá abastecimiento suficiente para el mercado nacional. «Basados en los argumentos para el año siguiente, prevemos que en un corto plazo no habrá necesidad de realizar ajustes en el precio de este importante producto que llega a los hogares de toda Guatemala».
NO HABRí ESCASEZ
Pedro Cofiño explicó que durante la escasez repentina de azúcar que se sucedió durante el primer trimestre del 2010, pese a las cifras que establecía el Ministerio de Economía -que indicaba una producción en la zafra de 2009 y 2010 superior a la de años anteriores-, el problema principal que se dio durante estos meses, fue que el precio del azúcar en México había descendido drásticamente.
«El contrabando del edulcorante hacia México lo impulsó el mercado informal, ya que los vendedores guatemaltecos vieron una oportunidad de mejorar sus ganancias transportando el producto ilegalmente hacia el vecino país, donde los precios estaban mucho más baratos», indicó.
«Nos obligó a realizar un ajuste en el precio al igual que el de México para que dicha ganancia no existiera y eso restringiera el contrabando de azúcar en alguna medida», comenta.
Posteriormente, pasada la diferencia de precios entre México y Guatemala, procedimos a la reducción del precio: «el ajuste debía evitar que el producto se fuera hacia México».