Unos 40 países e instituciones internacionales prometieron hoy en París importantes donaciones a Líbano, devastado por la guerra y muy fragilizado políticamente, y mostraron un apoyo firme al gobierno del primer ministro Fouad Siniora para construir un Estado «unido y soberano».
Tres horas después de la apertura del encuentro, las donaciones ya sumaban más de 6 mil millones de dólares (cerca de 5 mil millones de euros), procedentes sobre todo de las instituciones financieras internacionales y también de Arabia Saudita, que donará mil 100 millones de dólares.
Calificando esta conferencia de donantes de «evento crucial», el presidente francés, Jacques Chirac pidió que el encuentro sirva para «reafirmar con fuerza el compromiso internacional en favor de un Líbano unido y soberano, que respete a todos sus habitantes».
«Un apoyo financiero sustancial e inmediato de la comunidad internacional es indispensable para acompañar» los esfuerzos del primer ministro libanés, cuyo programa de reformas provocó importantes manifestaciones de la oposición, el martes pasado en Beirut, declaró Chirac.
Entre otros participaron en esta reunión el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, el Alto Representante europeo de Política Exterior, Javier Solana, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, el presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, y ministros de España, Brasil, Alemania, Italia o Canadá, entre otros.
«La reconstrucción física de Líbano es tan urgente como la reconciliación nacional», declaró Ban Ki-moon, pidiendo a todas las comunidades políticas y religiosas del país que «dialoguen y eviten recurrir a la violencia y la intimidación» para lograr «un ideal común».
Con una deuda pública que representa más del 180% de su riqueza nacional, el gobierno libanés se encuentra prácticamente en la bancarrota. Sus problemas financieros se remontan a años atrás y la guerra del pasado mes de julio sólo agravó la situación e hizo que en este momento, Beirut tenga serios problemas para financiar por ejemplo la presencia de sus soldados en el sur del país.
Subrayando la urgencia de la situación, Siniora consideró esencial que el apoyo de la comunidad internacional sera «seguro y completo» ya que en caso contrario, una «profunda recesión» será inevitable.
«Si no ponemos en práctica el programa de reformas, nuestros objetivos de estabilización política y social y nuestro proyecto democrático estarán en entredicho. Un fracaso nos costará demasiado», subrayó Siniora.
En este momento, su gobierno se encuentra muy debilitado y se enfrenta a una virulenta oposición encabezada por la milicia chiita del Hezbolá, muy cercana a Siria e Irán, pide claramente su dimisión.
«Somos un gobierno legítimo y mientras sigamos disfrutando de esta confianza, seguiremos adelante», garantizó Siniora.
El paquete financiero recibido hasta ahora en esta conferencia supera ya el apoyo concedido en 2002 por Líbano en una conferencia similar celebrada en la capital francesa en la que se consiguió una ayuda económica de 4.200 millones de dólares.
Concretamente, el Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversiones anunciaron conjuntamente una ayuda de 2.000 millones de dólares y el Fondo Islámico de Desarrollo concedió por su parte una ayuda de 250 millones de dólares.
Estados Unidos prometió 770 millones de dólares, la mayoría en donaciones, y subrayó, por boca de Rice, su apoyo a un «Líbano soberano, democrático y próspero».
La Unión Europea prometió a su vez 520 millones de dólares y Francia realizará un préstamo a Líbano en condiciones muy ventajosas, de un total de 650 millones de dólares.
Otros países prometieron ayudas menores, todas ellas bajo la forma de donaciones o préstamos. Por ejemplo, Londres anunció que donará 48 millones de dólares (37 millones de euros) a los refugiados palestinos que viven en Líbano, España agregó 5 millones de euros (6,5 millones de dólares) a los 30 millones ya concedidos en 2006 y Brasil, único país latinoamericano presente, anunció una donación de un millón de dólares.
En sus discursos, los dirigentes occidentales instaron a Israel y a Líbano a respetar los términos de la resolución 1701 de la ONU del pasado agosto, que fijó las bases de la tregua entre el Hezbolá y el ejército del Estado hebreo.
Por su parte, los representantes de los países árabes se concentraron más en criticar «la agresión israelí» contra Líbano y la «violación» de las disposiciones internacionales por parte del Estado hebreo.
«Israel debe entender que la guerra en Líbano no le dio ni paz ni seguridad», recordó Siniora a los responsables internacionales.
Una persona murió hoy y otras 20 fueron heridas en enfrentamientos entre partidarios de la oposición y del gobierno libanés en varios barrios de Beirut, indicaron fuentes médicas.
Las reyertas con piedras y palos, que comenzaron en la universidad árabe, al sur de la capital, se extendieron a otros barrios, sobre todo en el de Tariq Jadidé y Zokak Al Blat, donde algunos jóvenes incendiaron coches, según un periodista de la AFP.
Una persona murió y otras 20 fueron heridas, según fuentes médicas.