Los fabricantes de coches chinos e indios son las estrellas del Salón Automovilístico de Ginebra, pero la invasión tan temida de sus automóviles de bajo costo sigue siendo hipotética en el mercado europeo, donde sus rivales se consideran preparados para enfrentar el desafío.
Los modelos producidos en los países emergentes despiertan cada año un poco más la curiosidad de los participantes en el Salón de Ginebra, a medida que la industria de los países occidentales parece ceder paso a la del continente asiático.
El grupo indio Tata presentó el martes su modelo Nano, el coche más barato del mundo, que se vende a 100.000 rupias (1.600 euros; 2.400 dólares) en su mercado nacional.
El pequeño coche, que no tiene aire acondicionado, ventanas eléctricas ni dirección hidráulica, fue lanzado en enero en Nueva Delhi con bombos y platillos.
Pese a la notoriedad que ya adquirió gracias a su precio, «por ahora no prevemos lanzarlo en Europa», dijo el presidente del grupo, Ratan Tata. No obstante, dijo esperar que un día una versión de «alta gama» del Nano pueda venderse en el Viejo Continente.
Tata se ha convertido en la marca que simboliza la revancha automovilística de los países del Sur, con su proyecto de compra de las prestigiosas marcas británicas Land Rover y Jaguar, así como del estadounidense Ford, que atraviesa grandes dificultades.
Del lado chino, un segundo fabricante, BYD, hizo aparición en Ginebra tras la participación del grupo chino Brilliance el año pasado. Mientras Brilliance se concentra en modelos de alta gama, BYD busca conquistar el mercado de los coches eléctricos para aquellos que quieren luchar contra el cambio climático.
«Esperamos comenzar la comercialización en Europa de aquí a dos o tres años», dijo su director comercial, Paul Lin.
En China, país que está a punto de convertirse en el primer emisor mundial de gases con efecto invernadero, BYD busca duplicar este año sus ventas hasta llegar a las 200.000 unidades.
BYD, que comenzó en 1995 como un simple fabricante de baterías, apuesta a su experiencia en esta área para producir automóviles híbridos o eléctricos destinados a los mercados extranjeros. El grupo desea exportar este año 25.000 modelos, contra 10.000 el año pasado.
Los fabricantes europeos esperan resistir a la amenaza asiática utilizando su misma arma: la producción en países con bajo costo de mano de obra.