Los pilotos se están tornando tan dependientes de los sistemas de cómputo que operan gran parte de las tareas en el avión, que en las escasas ocasiones en que algo anda mal a veces no están preparados para tomar el control, según expertos en seguridad de la aeronáutica y un estudio federal.
La creciente automatización ha sido una enorme mejora en la seguridad de la aviación, lo cual ha contribuido a tasas históricamente bajas de accidentes en Estados Unidos y varias partes del mundo. Pero a la vez ha cambiado la relación entre los pilotos y los aviones, lo cual plantea nuevos riesgos.
En la actualidad, los pilotos sólo suelen usar sus habilidades para volar durante escasos minutos o segundos en el despegue y el aterrizaje. El resto del tiempo manejan sistemas de computación que pueden hacer volar los aviones con mayor precisión y gastar menos combustible que un piloto. Pero los seres humanos no están programados para prestar atención constante a sistemas que rara vez fallan o hacen algo inesperado.
«Una vez que uno ve que no lo necesitan, uno se desconecta», comentó Michael Barr, expiloto de la Fuerza Aérea e investigador de accidentes que enseña seguridad en la aviación, en la Universidad del Sur de California. «Mientras todo vaya bien, vamos como acompañantes, como si fuéramos una maleta».
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte efectuará una audiencia de investigación el 10 y 11 de diciembre para analizar el accidente de un avión de Asiana Airlines que viajaba demasiado lento y demasiado bajo al tratar de aterrizar en el aeropuerto internacional de San Francisco en julio.
La aeronave embistió un rompeolas antes de tocar la pista, lo cual le rebanó la cola, y luego patinó por la pista antes de partirse e incendiarse. Tres pasajeros murieron y veintenas resultaron heridos.
La audiencia se concentrará en «la atención del piloto en un avión altamente automatizado», señaló la junta.
Los investigadores desean saber cómo fue posible que los tres pilotos experimentados permitieran que un jet de pasajeros, al parecer sin problemas mecánicos y en condiciones climáticas casi perfectas, perdiera velocidad de tal modo que estuviera a punto de perder el sustento aerodinámico momentos antes del accidente.
El piloto que estaba al comando intentaba aterrizar sin el piloto automático. Normalmente, el copiloto supuestamente debe observar las pantallas de las computadoras para controlar la velocidad y otros parámetros, en vez de mirar por las ventanillas.
En este caso, el copiloto era un capitán dedicado a entrenamiento que estaba calificando el desempeño del piloto. Dicho capitán dijo a los investigadores que pensó que el acelerador automático estaba manteniendo la potencia de los motores y por lo tanto la velocidad, pero descubrió que no era así justo antes del accidente.
El acelerador automático estaba «armado», o sea listo para activar, indicaron los investigadores, pero dejaron abierta la interrogante de si estaba en modo inactivo o algún otro. Los sistemas de aviación tienen varios modos o ajustes que funcionan de manera diferente según el que se elija.
La falta de atención de los pilotos a los distintos ajustes automáticos es uno de los problemas más frecuentes relativos a la automatización en los casos de accidentes, según un estudio difundido el mes pasado por la Administración Federal de Aviación. Los cambios automáticos de ajuste ocurren con frecuencia durante el vuelo, a menudo sin intervención alguna de los pilotos. Y si estos no están prestando atención constantemente, pueden perder de vista en qué ajuste está volando el avión.
A veces los pilotos también se equivocan seleccionando el ajuste. Este error fue citado en el 27% de los accidentes revisados en el estudio de la Administración.