Grupos de autodefensa y presuntos narcotraficantes se enfrentaron hoy en el estado mexicano de Michoacán, en el primer enfrentamiento directo que se ha reportado desde que se puso en marcha hace una semana una nueva estrategia de pacificación del gobierno mexicano.
Medios locales informaron que durante más de dos horas hubo choques entre ambos bandos en los límites de Apatzingán y Parácuaro, una de las zonas donde se han desplegado miles de policías federales y militares para retomar el control de la seguridad.
Mientras esto ocurría, el comisionado federal para Michoacán, Alfredo Castillo, dijo en un encuentro con corresponsales extranjeros que el gobierno busca recuperar «lo más pronto posible» la normalidad en Michoacán, bastión del cártel de Los Caballeros Templarios, aunque no tiene plazos.
«Hasta el momento todo nos hace pensar que la estrategia está rindiendo los frutos esperados porque no hemos tenido derramamiento de sangre, porque se ha logrado retomar el control de una manera pacífica, porque se está recuperando sobre todo la confianza en la parte de policía federal», dijo Castillo.
Sobre las autodefensas, grupos ciudadanos alzados en armas para protegerse por sí mismos de los asesinatos, secuestros y extorsiones de los Templarios, Castillo afirmó que perderán su razón de ser una vez que empiecen a notarse los frutos de las acciones del gobierno.
«La estrategia pasa por el no-choque, la no confrontación y privilegiar la vida humana y el diálogo», resumió.
En Michoacán hay actualmente en operación unos 4.800 policías federales incluyendo áreas de investigación, así como 4.500 militares, según las cifras que proporcionó el funcionario.
Castillo dijo también que el gobierno mexicano ha identificado a 26 líderes prioritarios dentro del cártel de Los Caballeros Templarios, dominante en la región, pero que, más que su detención, busca sobre todo «neutralizar» su capacidad operativa.
«Independientemente del tema de la detención, que sin duda es importante, estamos hablando de neutralizar sus capacidades de operación, organización, reclutamiento, financiamiento y de generar violencia», dijo Castillo.
El funcionario dijo que si se logra acorralar al cártel y obstaculizar sus actividades necesariamente esto va a conducir a la captura de los «objetivos prioritarios», entre los que figuran Servando Gómez Martínez, alias «La Tuta», y Enrique «Kike» Plancarte, principales líderes de la organización.
Entre otras acciones mencionó que ha hablado con el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, sobre la posibilidad de aplicar la «ley de extinción de dominio» a nivel local para confiscar los bienes que se compruebe que están relacionados con actividades ilícitas.
Asimismo, unidades especiales de la Procuraduría General de la República y de la Secretaría de Hacienda investigarán posible lavado de dinero de personas o empresas y se revisarán concesiones mineras, un área en la que los cárteles han encontrado también un negocio a través de la extracción ilegal de minerales.
Los Caballeros Templarios surgieron como una escisión de cártel de La Familia Michoacana después de la supuesta muerte de su fundador, Nazario Moreno, en un operativo federal en diciembre de 2010.
El cadáver de Moreno nunca fue recuperado por las autoridades, supuestamente porque se lo llevaron sus seguidores en el momento del enfrentamiento. Los grupos de autodefensa señalan, sin embargo, que el capo sigue vivo y lo mencionan entre los siete cabecillas principales del grupo.
Al respecto, Castillo dijo que el gobierno federal no tiene «una evidencia incontrovertible» hasta el momento de que esté con vida y que no lo considera «un objetivo» mientras se carezca de pruebas contundentes en ese sentido.
El comisionado señaló que alrededor de la figura de Moreno, al que se le han dedicado estatuillas y altares en Michoacán como si fuera un santo, se ha construido «una especie de entre mito y leyenda».