Autenticidad


La autenticidad es ser como uno es, vivir de manera natural pensamientos, deseos, ilusiones y sueños que se entrelazan de manera semejante con las emociones y acciones.

Dra. Ana Cristina Morales Modenesi
crismodenesi@gmail.com

Es vista como un valor y/o virtud, también como una fuente de poder ya que ella  es representativa de la dignidad y eso es un aporte honorable ante el consenso personal y social. A través de ella cada ser impregna su sello personal con caracterí­sticas que le definen y proporcionan reconocimiento, tal cual una obra de arte por excelencia.

Cada ser juega un rol determinado en su existencia  y verdaderamente es el personaje principal de  su propia novela.

En la interpretación de cada papel existen altas y bajas  con la responsabilidad de asumir  consecuencias por lo que se haga o se deje de hacer.

En algunas oportunidades gastamos tiempo y esfuerzos por aparentar ser quienes en verdad no somos, imitamos a los demás, tratamos de lucir y participar socialmente para cumplir las posibles expectativas de otras/os. Esto se debe a que no se posee una adecuada autoaceptación, lo que no quiere decir que se sea conformista, está bien tener el deseo de superación pero no vendrí­a mal reconocer y ser amables con quien somos.

Existen caracterí­sticas personales que son observadas con una magnitud irreverente como indeseables en nuestro interior. 

Estas deberí­an ser observadas con mayor detenimiento porque de repente que no sean «tan malas», que es nuestra interpretación la errónea y que ellas son las que hacen posible nuestra representación en el mundo.

El que queramos cambiar todo o algo de nuestro ser ha de ser cuestionado en tanto ¿el porqué? y el ¿para qué?  Debido a que existen motivaciones que nos orientan a buscar un rol en la vida distinto al que nos pertenece con la finalidad de congraciarnos con los demás  y/o de  buscar un rol protagónico.

Cuando las personas acuden a psicoterapia es frecuente que lleguen con una lista preparada de los cambios en su vida  que pretenden realizar.  Olvidando que no todo lo que está en su interior es posible o deseable de omitir o cambiar.

Es de  importancia para el trabajo dirigido hacia la edificación de la autenticidad el meditar quiénes somos y quiénes realmente deseamos ser.  Algunas veces aspiramos la vida de otra persona porque la creemos de éxito y con bienestar, dejando a un lado la consideración de que la vida siempre es difí­cil vivirla y que es únicamente un criterio personal que para esta otra gente no lo sea.

Para ser auténticos es necesario evaluarnos en cada paso por nuestra vida, sentir las repercusiones de estos, validar nuestro yo,  ser responsables por las consecuencias de cada uno de nuestros actos, ser valientes para enfrentar estas últimas, con la finalidad de llegar a un camino de dignificación de la existencia, con el consecuente fortalecimiento de la autoestima y de la práctica de la conducta asertiva.

 

A veces destruimos o desechamos en el interior la parte más agradable y humana de nuestro ser que nos proporciona los acordes necesarios para realizar el concierto de la vida.