Ausencia de pasos


Sin avances. Decenas de birmanos esperan por el ferry para poder cruzar el rí­o. Los avances de las negociaciones en Myanmar no han mejorado, y la comunidades internacional está empezando a presionar más. (AFP / La Hora)

La Liga Nacional para la Democracia (LND) de la lí­der opositora birmana Aung San Suu Kyi declaró el miércoles no haber sido contactada aún por la junta militar que gobierna el paí­s de cara a un diálogo polí­tico tras su reciente represión de un movimiento de protesta popular.


Bajo la presión de la comunidad internacional, los generales birmanos anunciaron el lunes el nombramiento de un oficial de enlace, el general de reserva Aung Kyi, reconocido como un moderado, con la misión de mantener «buenas relaciones» con la Premio Nobel de la Paz, en arresto domiciliario en Rangún desde 2003.

Sin embargo, un portavoz de la LND, Nyan Win, precisó el miércoles que Aung Kyi aún no estableció contacto con la principal formación de la oposición birmana.

«Las autoridades sintieron el deseo de abrir un proceso de diálogo designando a un oficial de enlace», afirmó al precisar que la LND «no sabe qué hará ni cuándo comenzará el diálogo».

«Aún no tenemos la menor información sobre si (el oficial de enlace) se reunió ya con Aung San Suu Kyi», añadió Nyan Win.

Un diplomático occidental destacado en Rangún calificó el miércoles de «positivas» las señales enviadas en los últimos dí­as por los militares, que gobiernan Birmania con juntas militares sucesivas desde hace 45 años.

El diplomático, sin embargo, advirtió que esos signos no deben conducir tampoco a un optimismo excesivo.

«Hubo un paso hacia adelante, pero podrí­a haber dos hacia detrás», afirmó.

La semana pasada, el número uno del régimen birmano, el general Than Shwe, se declaró dispuesto a reunirse personalmente con Suu Kyi si ella abandona su polí­tica de «confrontación» y apoyo a las «sanciones» occidentales.

El martes, la LND reafirmó su voluntad de diálogo, si bien subrayó que el régimen no debe poner condiciones previas.

«La declaración que publicamos ayer (martes) no constituye un rechazo», explicó el miércoles Nyan Win, agregando que la LND «sólo quiere que la gente vea la situación tal como es».

La LND aseguró que «jamás» hizo un llamamiento a la «confrontación» y a la imposición de «sanciones económicas» contra Birmania, si bien en el pasado, Suu Kyi intentó públicamente disuadir a empresas occidentales de invertir en su paí­s.

Desde que el Consejo de Seguridad de la ONU inició el viernes pasado consultas en Nueva York sobre la crisis en Birmania, los militares han hecho una serie de gestos para intentar disminuir la presión internacional.

Así­, los generales anunciaron que aproximadamente la mitad de las 2.100 personas arrestadas tras las manifestaciones de septiembre fueron liberadas y que los militares donaron varios miles de dólares, además de comida y medicinas, a monasterios de Rangún.

Los monjes budistas encabezaron el movimiento de protesta popular contra el régimen militar, por lo que han sido el blanco principal de la represión llevada a cabo por sus fuerzas de seguridad.

Actualmente prosiguen las consultas en Naciones Unidas en torno a un proyecto de declaración susceptible de ser adoptada por el Consejo de Seguridad.

El martes por la noche, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia hicieron circular un texto con un contenido menos duro hacia la junta después de las enmiendas presentadas por China y otros paí­ses, según fuentes diplomáticas.

Asimismo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, mantuvo una conversación telefónica con la esposa del presidente estadounidense, Laura Bush.

Esta habí­a afirmado en un texto publicado el miércoles pasado por el diario Wall Street Journal que los actuales dirigentes de Birmania, entre ellos Than Shwe, han perdido toda legitimidad y que ha llegado el momento de que «cedan su sitio».

Más presiones

Expertos y embajadores del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas estudiarán este miércoles una declaración que deplore la represión militar en Birmania y urja a la junta militar a detener las «medidas represivas», luego que China bloqueara una condena más dura.

Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia hicieron circular el borrador, que tras la resistencia de China y otros miembros del Consejo, reemplaza la palabra «condena» por «deplora enérgicamente».

Las tres potencias occidentales habí­an presentado el primer borrador el viernes, luego que el Consejo escuchó el informe del enviado de la ONU a Birmania, Ibrahim Gambari.

El nuevo texto fue negociado por expertos de los 15 miembros del Consejo de Seguridad entre lunes y martes, y «deplora enérgicamente la violenta represión del gobierno de Birmania a las manifestaciones pací­ficas, incluyendo el uso de la fuerza contra figuras religiosas e instituciones».

Además, urge al régimen militar birmano a «detener todas las medidas represivas, incluyendo las detenciones de los manifestantes» y la liberación de prisioneros polí­ticos, incluyendo la lí­der opositora Aung San Suu Kyi.

Al menos 13 personas murieron y más de 2.100 fueron detenidas, cuando la junta militar comenzó a reprimir a miles de manifestantes pro-democracia encabezados por un grupo de monjes budistas en setiembre y comienzos de octubre.

Desde que el Consejo de Seguridad de la ONU inició el viernes pasado las consultas en Nueva York sobre la crisis en Birmania, los militares han hecho una serie de gestos para intentar disminuir la presión internacional.

Así­, los generales anunciaron que aproximadamente la mitad de las 2.100 personas arrestadas tras las manifestaciones de septiembre fueron liberadas y que los militares donaron varios miles de dólares, además de comida y medicinas, a monasterios de Rangún.

Los monjes budistas encabezaron el movimiento de protesta popular contra el régimen militar, por lo que han sido el blanco principal de la represión llevada a cabo por sus fuerzas de seguridad.