Ausencia de civismo


Editorial_LH

El civismo se define como el celo por las instituciones e intereses de la Patria y obviamente entre los guatemaltecos hay muy poco de eso, por lo que podemos hablar con propiedad de ausencia de civismo en el país. Es grave cuando la indiferencia de los ciudadanos deja que sean los pícaros quienes se apropian de la gestión pública, de los negocios con el Estado y de los recursos que el país produce, pero mucho más grave resulta que seamos tan desinteresados y tengamos tan poco celo por los intereses del país cuando se refiere a cuestiones como la inseguridad y la violencia.


Porque hemos visto que aquí ocurren hechos criminales que debieran provocar reacciones ciudadanas y la gente no dice absolutamente nada. En Estados Unidos un fallo judicial que tiene atisbos de racismo y de aliento a la impunidad ha dado lugar a manifestaciones de la población reclamando justicia. No sólo los afroamericanos, directamente agraviados por la sentencia absolutoria en el juicio por el crimen contra Trevor Martin, sino también la población blanca se sienten defraudados por un sistema de justicia que da la espalda a la realidad.
 
 En cuanto a la corrupción, España nos da el ejemplo de que un escándalo que involucra al Jefe de Estado pone a temblar las instituciones porque hay entre los ciudadanos celo por esas instituciones y por los intereses de la Patria. Aquí se suceden los escándalos y lo único que hacen es provocar que olvidemos el anterior. Vamos saltando en la vida de escándalo a escándalo y nada ocurre, nada se conmueve, nadie protesta ni se indigna.
 
 El civismo es una de las condiciones esenciales para que en una sociedad pueda haber mejoras y prosperidad, pero cuando los ciudadanos no tienen conciencia de su papel y de sus obligaciones y se amoldan a vivir cómodamente en medio de la crisis del estado de Derecho y de la ausencia de ley, se están destruyendo sin darse cuenta. Es indispensable que reaccionemos como ciudadanos y que entendamos que hay mucho por hacer, mucho por cambiar y mucha demanda por ejercitar para que el país cambie, para que nuestros hijos tengan una perspectiva de futuro diferente a la que se plantea hoy.
 
 Es indispensable que la violencia, la corrupción, la incapacidad de los gobernantes y la maña de quienes supieron acomodarse para sacarle eterna raja al sistema, provoquen una ola de civismo entre los guatemaltecos, celosos por nuestras instituciones y los intereses de la Patria que no son poca cosa, no son moco de pava.

Minutero:
Vivimos en un torbellino 
pero ya nos acomodamos;
sin un aire con buen remolino 
al paso que va todos tronamos